Edgar Santander, desde Montpellier, Francia. Tenso y podrido. Es el ambiente de la copa europea 2016 que se disputa en Francia, cuyo gobierno trata de pasar a la fuerza un proyecto de ley laboral que atenta diversas conquistas sociales del trabajador.
Al menos más de 1 millón y medio de personas ya han salido en las calles en las últimas semanas. A esto se suma, el paro de los basureros de París que se prolonga indefinidamente. La manzana de la discordia, un proyecto de ley denominado El Khomri que atenta los derechos del trabajador.
Algo inaceptable para la mayoría de las centrales sindicales y para la mayoría de las organizaciones patronales. Si bien algunos patrones están de acuerdo en que la propuesta del gobierno debe ser retirada, es el colmo que sea un gobierno socialista el que aspire aplicarlo.
La baja salarial de horas extras, despidos abusivos y masivos, aumentos de horas de trabajo, etc, etc., son algunos de los puntos que desean implementar, lo que genera un rechazo en la opinión ciudadana hacia la imagen pública del presidente François Hollande. Las encuestas con vistas a las elecciones presidenciales del 2017 lo sitúan por debajo de los otros posibles candidatos, entre ellos Marine Le Pen, candidata de la extrema derecha francesa.
Por ultimo, la copa europea de fútbol 2016. El gobierno quiere aplicar la "vía de la requisición" a los choferes de las líneas ferroviarias que accedan a los estadios para transportar a los hinchas de los equipos, un método que es cuestionado por el sector ferroviario y por todas las centrales sindicales, ya que obligaría a estos trabajadores a permanecer en sus puestos.
Mientras las selecciones de Francia y Rumania se preparan para abrir el comienzo del campeonato de fútbol europeo 2016, los movimientos de protestas siguen, así como que las bolsas de desechos ganan espacio en las calles y el nivel del río Sena va bajando poco a poco, consecuencia de las intensas lluvias que provocaron una de las peores inundaciones de los últimos 30 años. En fin, el vaso tal vez esté por derramarse.