El 12 de junio de 1935, hace 81 años, fue firmado el Tratado de Paz entre Paraguay y Bolivia, que puso fin a la guerra considerada la más importante en Sudamérica durante el siglo XX y que dejó enlutado a los dos países, con aproximadamente 60 mil bolivianos y 30 mil paraguayos muertos en 3 años. El motivo: discrepancias en los límites del Chaco. Bolivia reclamaba parte del inhóspito territorio chaqueño, mientras que Paraguay, que seguía sufriendo las consecuencias de la barbarie de la Triple Alianza, lo defendía.

Los motivos principales de la lucha de dos naciones por en ese entonces consideradas pobres siempre fueron mencionados intereses de grandes empresas petroleras internacionales, y hasta hoy una fuerte corriente de pensamiento sigue sosteniendo esa teoría, abonada en las últimas décadas por las excavaciones en suelo chaqueño en búsqueda de petróleo.

En los tres años de guerra, se estima que Paraguay llegó a movilizar unos 120 mil soldados, un número mucho menor que Bolivia, que había enviado a la zona unos 250 mil, sin prever que el propio Chaco y la bravura de paraguayo serían enemigos imbatibles en los combates.

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A consideración del historiador Guido Rodríguez Alcalá, la Guerra del Chaco (1932-1935) fue el mayor conflicto bélico de Sudamérica del siglo XX y tuvo consecuencias negativas para el Paraguay y para Bolivia.

En un trabajo sobre el tema, publicado en el sitio de la Dirección de Cultura, menciona que para determinar los antecedentes del conflicto deben buscarse en la colonización española de América. Explica que al producirse la independencia, las nuevas naciones americanas se consideraron herederas de las divisiones territoriales coloniales, que eran confusas. El Virreinato del Río de la Plata abarcaba aproximadamente el territorio de las actuales repúblicas del Paraguay, Uruguay, Argentina y Bolivia. Exceptuando el Uruguay, que estaba muy alejado del Chaco, los otros tres países reclamaron el territorio del Chaco, apoyándose en las leyes españolas. Dependiendo de las interpretaciones, las leyes coloniales apoyaban las reclamaciones del Paraguay, la Argentina y Bolivia.

Rodríguez Alcalá detalla que el Tratado de la Triple Alianza (firmado el 1 de mayo de 1865) concedió a la Argentina el Chaco hasta Bahía Negra. Pero en 1876, con el tratado Machaín-Irigoyen, la Argentina reconoció como paraguayo el territorio situado al norte del Pilcomayo, exceptuando la zona de Villa Hayes. El arbitraje del presidente norteamericano Rutheford Hayes adjudicó al Paraguay la zona de Villa Hayes. A partir de entonces, la discusión sería entre el Paraguay y Bolivia, que no pudieron ponerse de acuerdo sobre los límites durante el siglo XIX, a pesar de que firmaron tres tratados, al final rechazados.

"Para 1930, el Paraguay había poblado la región chaqueña del sureste y del centro, mientras que Bolivia había poblado la del noroeste. La solución razonable hubiera sido negociar los límites de la zona en que no existía una ocupación efectiva de ninguno de los dos países. No lo permitieron las circunstancias: ningún gobierno podía hacer concesiones al del otro país sin pagar un alto costo político. Por eso, el gobierno boliviano llevaba sus reclamaciones hasta la región de Villa Hayes; el paraguayo, hasta la del Parapití", dice el historiador.

Cuenta, además, que las grandes ofensivas comenzaron en 1932, después de varios años de incidentes y de paz armada, que exigieron enormes gastos militares. Durante las presidencias de Eligio Ayala (1924-28), José P. Guggiari (1928-32) y Eusebio Ayala (1932-36), el Paraguay llegó a gastar el 50% de su presupuesto en defensa. Las soluciones negociadas resultaron imposibles, y la guerra estuvo a un paso de comenzar en 1929. En diciembre de aquel año, un destacamento paraguayo ocupó Fortín Vanguardia, puesto boliviano de la zona de Bahía Negra. Bolivia respondió ocupando Boquerón, se rompieron las relaciones, y la intervención de Chile impidió el inicio de una guerra abierta. Otros países americanos formaron la Comisión de Neutrales, que se reunió en Washington y consiguió apaciguar a las dos naciones por cierto tiempo. A la larga, la Comisión de Neutrales no pudo evitar ni detener el enfrentamiento armado.

El historiador relata que la ruptura definitiva se produjo en junio de 1932, cuando un destacamento boliviano ocupó el fuerte paraguayo Carlos Antonio López, a orillas de la laguna Pitiantuta. Tropas paraguayas retomaron el fuerte; los bolivianos respondieron ocupando los fuertes paraguayos de Boquerón, Corrales y Toledo.

Había comenzado la guerra que duró tres años, hasta la firma del acuerdo de paz, hace 81 años. El tratado se firmó un 12 de junio, pero los combates cesaron dos días después. El tratado definitivo de paz se firmó el 21 de julio de 1938.

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