Roque Santa Cruz lleva casi toda una vida como embajador del fútbol paraguayo en el exterior, principalmente en Europa, donde pasó por cinco clubes y tres de las principales ligas. Solo le faltó jugar en Italia.
Al cumplir la mayoría de edad se fue a al Bayern Múnich con un bicampeonato bajo el brazo y el rótulo de "nueva joya del fútbol paraguayo". Estuvo ocho años en la Bundesliga, donde se llenó de títulos con el Bayern.
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Luego, empezó el recorrido por Europa. Blackburn Rovers y Manchester City en Inglaterra, Real Betis y Málaga en España, para "cruzar el charco" en 2015 y tentar suerte en la liga mexicana. No le fue bien, las lesiones siguieron acosándolo y el Cruz Azul lo cedió al que mejor supo arroparlo pese a las interminables lesiones: el Málaga.
El próximo 16 de agosto, Roque Santa Cruz cumplirá 35 años, la edad promedio en la que la mayoría de sus colegas que también se destacaron por el mundo decide volver para, con lo bueno que aún les queda, agradecer al club que los lanzó a la fama.
Roque Santa Cruz quiere hacer lo mismo. La decisión está tomada.
"Mi deseo es estar en Olimpia, es mi casa, salí de acá. Ojalá que termine de la misma forma que me fui, con títulos", había dicho el lunes último, cuando llegó al país y, a su salida del aeropuerto, se encontró con un gran número de hinchas que lo aguardaban para, entre cánticos, pedirle que vuelva a casa.
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Es, junto a Carlos Humberto Paredes, el más reciente ídolo del club. El que, a donde quiera que vaya, recibe el cariño de la afición franjeada y el pedido, reiterado, de que vuelva a vestir la casaca franjeada.
Contra el deseo familiar
Son pocos los olimpistas que no tienen el mismo deseo. Por irónico que parezca, esos pocos olimpistas son los más cercanos al delantero.
La familia Santa Cruz Cantero tiene una gran preocupación. Están seguros que todo el peso de tener que ser campeones en el Clausura, sobre todo para clasificar a la Libertadores (torneo que el goleador de la selección no ganó), caerá sobre Roque.
En consecuencia, si las cosas no salen como se espera, la exigente hinchada franjeada se tirará contra el futbolista, que suficiente ya tiene con ser el centro de las burlas por sus interminables lesiones.
Pero Roque Santa Cruz ya tomó una decisión.
El amor a la casaca franjeada pesó más. El deseo de darle al club Olimpia lo mejor que aún tiene, le llevó a decir "sí" al único integrante de su familia que no solo apoyó sino propició su retorno, su cuñado Ricardo Tavarelli, gerente deportivo del Decano.
La " esperanza " es el sueño de los hombres despiertos "" 4.000.000 sueñan gritar tus goles con la franja !! pic.twitter.com/ILIFwMTeqw Ricardo Tavarelli (@Tavarelli1) June 7, 2016