Surfea, baila en carnaval y puede sonar más revolucionario que real, pero el príncipe Don João de Orleans e Bragança plantea seriamente el regreso de la monarquía para salvar a Brasil. Mientras el mayor país de Latinoamérica se hunde en un tsunami de corrupción, recesión e inestabilidad política, Don Joao dijo a la AFP que la monarquía que gobernó Brasil por última vez hace 126 años puede formar parte de una solución "radical".
El príncipe, tataranieto del trágico último monarca, el emperador Pedro II, dijo que Brasil debe dejar de ser una república para transformarse en una monarquía constitucional, como Gran Bretaña o Suecia, donde la reina Isabel II y el rey Carlos XVI Gustavo son esencialmente figuras decorativas.
El príncipe de 62 años, que trabaja como empresario inmobiliario y es amante de la fotografía, dijo que no habría necesidad de palacios ornamentados y largos títulos. Don Joao asegura que la realeza representaría el regreso de una figura pública casi extinta en el Brasil de hoy en día, donde la presidenta Dilma Rousseff es blanco de un procedimiento de destitución en el Senado por manipulación de las cuentas públicas y el Congreso es un nido de escándalos de corrupción. "Como realeza, la sola diferencia es que hemos sido educados para (...) servir al país sin reclamar nada a cambio", dijo. A pesar de que la mayoría de los brasileños coincidiría en que el sistema político del país no funciona, pocos toman en serio la idea de un retorno de la familia imperial.