mostró su rostro ayer en Perú.[/caption]
Las cifras del "conteo rápido" de votos en el 100%, y las mesas escrutadas, en un 36%, en Perú confirmaban anoche lo que apuntaban los resultados de boca de urna: una derrota inesperada y por la mínima diferencia de la derechista Keiko Fujimori y la victoria del liberal Pedro Pablo Kuczynski (PPK).
El centroderechista Kuczynski encabezaba el balotaje presidencial ante la populista de derecha Keiko Fujimori, según un "conteo rápido" de votos realizado por dos empresas encuestadoras, al final de una dura contienda electoral. Según IPSOS (al 100%), Kuczynski obtenía el 50,5% del respaldo popular, frente a un 49,5% de Fujimori. En tanto, la firma GFK (al 100%) le otorgaba a Kuczynski el 50,8 y 49,2% a Fujimori. El margen de error en ambos casos es de un punto porcentual, informó la agencia AFP.
En el denominado "conteo rápido", las encuestadoras tienen acceso legal a las actas de votación que se van cerrando y cuentan paralelamente los resultados de una muestra representativa, antes de la difusión de las cifras oficiales.
Sólo la firma CPI le dio a Fujimori 51,1%, frente a un 48,9% para Kuczynski.
Kuczynski, de 77 años, ex ministro de Economía y próspero hombre de negocios, recibió el apoyo de la clase media alta urbana y del antifujimorismo.
le daban la victoria ayer.[/caption]
Unos 23 millones de peruanos fueron convocados ayer para elegir al nuevo presidente. El fujimorismo pugnaba por volver al poder 16 años después de que el hoy preso padre de la candidata, Alberto Fujimori, huyera a Japón y renunciara por fax a la presidencia poniendo fin a su gobierno represor y corrupto (1990-2000).
Pese a conquistar la mayoría absoluta en el Congreso en la primera vuelta electoral del 10 de abril, Keiko Fujimori suscitó el frontal rechazo de la mitad de los peruanos, que la identifican con la corrupción y las violaciones de los derechos humanos del gobierno de su padre, quien purga una condena de 25 años de cárcel. Manifestaciones anti Keiko, denuncias de lavado de dinero que salpican a algunos de sus colaboradores y las acusaciones de narcotráfico contra 11 congresistas de su partido frenaron las últimas semanas la tendencia creciente de la candidata.