Por Juan Luis Ferreira E.

Socio ADEC

Sin pretender una definición perfecta, cuando voy manejando y al llegar a una esquina entro involuntariamente de contramano, cometo un error. Si deliberadamente entro de contramano, cometo una negligencia. Estoy siendo descuidado conmigo y con los demás. Si doblo en cualquier dirección y se me cae una rama de árbol, es un accidente. Mi trayecto y mi vida han sido alterados de una manera que no podía prever. Errores, negligencias y accidentes pueden combinarse en distintas proporciones, y a veces también se produce una falta o delito.

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En el lenguaje cotidiano se dice con mucha frecuencia "fue un accidente" cuando en realidad se podía evitar y no corresponde ese adjetivo. Si alzo 3 criaturas en mi moto es negligente de mi parte y puedo ser castigado. Además, las razones para mi proceder, como una emergencia médica, no cambian que mi acción sea inapropiada.

Por otro lado, me declaro de juicio rápido frecuente. Veo un hecho y rápidamente concluyo que está bien o está mal. Estoy trabajando para mejorar, pero mientras tanto, el juicio fulminante e inevitable aparece, aunque pueda culparle al "adn" o a la contaminación ambiental.

Recientemente Harambe se hizo muy conocido en los medios de comunicación. Un gorila del zoológico de Cincinatti que vio invadido su hábitat por un niño de 4 años, y su interacción fue interpretada por la seguridad como peligrosa, por lo que mataron al animal. Las investigaciones con el tiempo determinarán si hay responsabilidades de la institución o de los familiares del niño, pero en las primeras reacciones fui sorprendido por la velocidad y certeza con la que opinan personas que no estuvieron presentes y por la vehemencia con que se refieren a la madre del niño o a los agentes de seguridad.

Está bien expresarse, pero especialmente en nuestro interconectado mundo digital pareciera una buena idea tomarse un tiempo cuando juzgamos a personas. La Sra. Gregg, madre del niño, agradeció a Dios y a las personas que oraron y le apoyaron y afirmó que "los accidentes ocurren". Así es. Aunque se compruebe que Harambe estaba jugando o protegiendo al niño, ningún padre desea correr un riesgo así cuando las consecuencias no tienen remedio.

Toda pérdida de vida es lamentable. Jack Hanna, uno de los célebres activistas por la conservación de la vida salvaje y responsable de convertir al zoo de Columbus en uno de los mejores del mundo lo ha resumido: "tratándose de una vida animal y de una vida humana, la decisión es muy simple".

Que Dios nos ilumine para cuidar la vida, lograr juicios apropiados y tomar las mejores acciones posibles.

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