Una aplicación móvil facilitará a las víctimas el acceso a la justicia y garantizará la persecución de los agresores en Kenia, donde una de cada tres niñas sufre abusos sexuales antes de cumplir los 18 años y muy pocas lo denuncian por miedo al estigma social, al atacante y a la propia Policía.
Con tan solo pulsar la pantalla, las menores pueden solicitar ayuda a través de esta app desarrollada por la iniciativa "160 girls", la primera de estas características a nivel mundial, que comparte la información con la Policía para que se inicien los trámites necesarios para denunciar el caso.
Tras haber recibido la petición, los agentes empiezan con el procedimiento: acompañar a la víctima a recibir tratamiento médico, acudir a la escena del crimen y recabar pruebas o entrevistar a testigos y sospechosos, por ejemplo.
"El gran problema hasta ahora había sido que las investigaciones policiales eran ineficaces o insuficientes por temas de corrupción", dijo a la agencia EFE la coordinadora nacional del proyecto, Anne Ireri. "De ahí la importancia de involucrar a los agentes kenianos", insistió.