Tras la condena histórica a involucrados en el "Plan Cóndor -desplegado por las dictaduras sudamericanas contra los opositores a los distintos regímenes en cada país-, La Nación Digital conversó con Maria Magdalena Tatter, hija de una de las madres de la Plaza de Mayo, quien inició la querella por la desaparición de su esposo, Federico Tatter.

Maria Magdalena Tatter. Foto: Gentileza.[/caption]

"Fui a la embajada argentina acá en Paraguay, aunque lo podía ver por la web. Quería estar ahí, es algo que nos toca, que nos ha atravesado", expresó..

Tatter comentó que su padre (Federico Tatter) se exilió en la Argentina en 1963, hecho que según dijo, de todas maneras no era una garantía. "Cada vez que Stroessner iba a la Argentina, agarraba sí o sí a algunos paraguayos", indicó.

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Puntualizó que en 1976 -cuando ella tenía 26 años-, su padre fue desaparecido en el marco del Plan Cóndor, debido a su lucha por los ideales de un gobierno más justo y democrático. "Después de eso nunca más tuvimos noticias de él, no sabemos dónde lo mataron, no sabemos dónde estan sus restos", mencionó.

Se refirió a la condena de quienes atentaron contra los derechos humanos en aquella época. "Es como la punta de un iceberg (témpano de hielo), de todo lo que pasó y ojalá no vuelva a suceder."

"Esto es un triunfo, un esfuerzo de años, donde están involucrados familiares de desaparecidos, abogados, organizaciones de derechos humanos, y más que han colaborado con pruebas, algún testimonio o algún pedazo de resoluciones. Juntamos pruebas de a poco a lo largo de muchos años ", sostuvo.

Ante la consulta de si considera justa la condena aplicada a los involucrados en el Operativo Cóndor, expresó que "nada es justo, la vida no tiene precio. Los familiares y las organizaciones de derechos humanos no tenemos un sentido de venganza, lo que buscamos es que no suceda nunca más", expresó.

"Si le tocó 25 años es porque así lo dispuso la legislación argentina. Si le tocó 12 años es porque quizás no se le pudo probar más cosas en su contra. No le hace más o menos culpable la cantidad de años que se aplicó en la condena. El acto es el mismo", acotó.

"Revivimos esto con la esperanza de que esto sirva, y que no suceda nunca más", reiteró.

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