Por Bernt Entschev

Fundador de De Bernt Entschev Human Capital

La convivencia entre diferentes generaciones en el ambiente corporativo es hoy más común que hace algunos años. Nada más natural. La expectativa de vida aumentó y hoy es perfectamente natural que las personas lleguen a los 60, 70 años produciendo. La experiencia acumulada termina contraponiéndose a la impetuosidad de los más jóvenes. Esto no necesariamente debe generar el clásico "conflicto de generaciones". Hay otros caminos y las empresas y profesionales que evalúan las ventajas de esta convivencia sólo tienden a ganar, considerando que los objetivos de éxito son comunes a todos.

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Con la perspectiva de trabajar por más tiempo, los profesionales maduros sienten la importancia de estar actualizados. Hacer cursos de corta duración, especializaciones e, incluso, nuevas facultades están en el horizonte de estas personas. Esto sin hacer a un lado el conocimiento adquirido en el cotidiano. Son esfuerzos para evitar la pérdida del empleo para profesionales más jóvenes, que suelen tener sueldos más bajos, una ventaja a los ojos de las empresas.

Por otro lado, los jóvenes están ingresando al mercado de trabajo tras facultades y posgrados, trayendo una considerable carga académica. Aún sin experiencia, ellos agregan nuevas ideas, nuevas percepciones del medio digital y, habitualmente, una buena dosis de audacia.

El desafío es hacer de la convivencia entre estos diferentes perfiles una unión productiva. Entiendo que esto puede suceder si existe el respeto mutuo y la conciencia de que cada uno tiene algo para contribuir. Primero, es necesario oír al otro, en una actitud receptiva. Después, reflexionar sobre lo que fue dicho. Finalmente, desarrollar una actitud de empatía, entendiendo el posicionamiento del otro, poniéndose en su lugar y buscando una respuesta que satisfaga a todos.

No es difícil notar que, para la empresa, tener los dos perfiles de colaboradores sólo puede ser positivo. La experiencia garantizará que la audacia de las nuevas ideas no traiga perjuicios. La colaboración hará con que las innovaciones sean viables. Las organizaciones que logran estructurarse para valorar las cualidades de cada generación obtienen una significativa ventaja competitiva.

Al darle espacio a lo que cada generación tiene de mejor, estas logran retener talentos –de todas las edades–. Es una preparación para lo que vendrá brevemente: tener en las mismas empresas tres generaciones de profesionales –jóvenes, maduros y mayores–. Que vengan los nuevos tiempos.

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