PerfilPor Christian Pérez.

Historias hay muchas, pero sin dudas que la del capitán de General Caballero, Óscar Giménez, es una de las más admirables. Como en la vida, en el fútbol también la paciencia, la perseverancia y compromiso son vitales para llegar al objetivo. Luego de casi nueve años, "Chiquito", de 1,94 metros, volvió a disfrutar de un partido de Primera División y siendo capitán y líder indiscutible del Matarife.

Siendo apenas un niño, Giménez tuvo el privilegio de debutar en la máxima categoría con Daniel Raschle en el 2006. Parecía que su carrera se impulsaría más alto de lo que es, ya que encima había sido llamado a las selecciones menores.

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Pero al año siguiente de su estreno profesional, sufrió una terrible lesión jugando en la Reserva de Nacional. Desgraciadamente tuvo cuatro lesiones graves en la pierna izquierda, que hasta ahora contiene uno de los tornillos que le salvaron la extremidad.

Todos ven su progreso y gran actualidad, pero solo él, su familia y amigos saben lo que sufrió para volver a jugar luego de casi dos años.

NumerosTuviste un gran inicio de carrera, pero ¿cómo fue que desapareciste tanto tiempo?

–Debuté en Primera a los 16 años en Nacional e incluso jugué en la selección menor. Pero a los 17 años me rompí casi todo jugando en Reserva ante Guaraní. Tuve doble fractura en la tibia y peroné y de la rótula, además de los ligamentos laterales y meniscos. Cuatro lesiones muy fuertes.

Seguramente fue lo más difícil que te tocó vivir. ¿Cómo hiciste para superar todo eso y alguna vez pensaste en abandonar el fútbol?

–Me costó demasiado. Cuando entraban en mi pieza mis amigos, lo primero que hacía era llorar. Pasé muy mal. Aquella época de la lesión lloré muchísimo. Yo digo que cuando eso perdí toda mis lágrimas. Ahí me di cuenta realmente de quiénes eran mis amigos y también lo importante que era mi familia. Si no era por ellos, yo creo que no iba a jugar más. Y la verdad, nunca pensé en dejar el fútbol. Siempre creí en que iba a volver.

Y contamos, ¿cómo fueron esos 14 meses de recuperación y fisioterapia?

–Iba en muleta para hacer mi fisioterapia, los choferes ya me conocían todo y no pagaba ni pasaje. Encima debía caminar como siete cuadras para llegar a la clínica. Tenía lleno de moretones en mi brazo, por el apoyo de las muletas. Recuerdo que en las vacaciones, mis amigos vivían casi en casa, jugábamos play todo el día. Yo no podía caminar y ellos me llevaban al baño, me bañaban, me ponían el pantalón. Les debo mucho.

Justamente el tema de volver. ¿Qué tan complicado fue?

–Uff, si te cuento todo. Era empezar de nuevo, pero lo que más dolía era escuchar por ahí 'ese ya no puede jugar, ya se rompió todo, ya no sirve'. Demasiado batallé para volver a jugar en Primera. Llegué a pesar 120 kilos, ahora tengo 93. En Iteño jugué con 106 kilos. Costaba porque estaba en clubes chicos sin infraestructura. Estuve por Independiente, pero no tuve chances y gracias a Dios llegué a General Caballero, donde conocí al mejor presidente de todos: Hugo Bogado Vaceque, quien me ayudó muchísimo.

Por último, ¿cuál es tu sueño u objetivo inmediato? Y ¿qué mensaje le dejás a los jóvenes que inician en esto?

–Escuchar ahora que algunos clubes me están mirando me emociona mucho. Estoy feliz en General, pero me encantaría jugar en algún equipo grande y demostrar que "Chiquito" puede ser enorme. A los jóvenes les digo que nunca deben darse por vencidos, por más que no confíen en vos.

Óscar Giménez y su lección de querer es poder. Superando lesiones múltiples y con un tornillo en la pierna, lleva seis goles en el torneo y es uno de los delanteros más destacados del Apertura.

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Frases

"Mis amigos y mi familia fueron claves. Yo no podía caminar y ellos me llevaban al baño, me bañaban, me ponían el pantalón. Les debo mucho".

"Quiero demostrar que 'Chiquito' es enorme. A los jóvenes les digo que nunca deben darse por vencidos, por más que no confíen en vos".

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