Por Carina Gómez - carina.gomez@greatplacetowork.com

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Según un artículo publicado recientemente en la revista Forbes, los puestos de trabajo están comenzando a ser impactados por los cambios que las nuevas generaciones están imprimiendo a la misma concepción del trabajo como actividad humana. Se estima que el 65% de los niños que entren al colegio este año terminará trabajando en puestos que aún no existen.

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Si a esto sumamos el avance de la tecnología digital, y su eminente irrupción en toda la dinámica de las empresas y sus procesos, nos encontramos con nuevas variables en lo que a demanda de empleo se refiere. El mencionado artículo comenta un estudio del Foro Económico Mundial, el cual señala que entre el 2015 y el 2020 se perderán entre 5 y 7 millones de empleos en el mundo (estudio: "El futuro de los trabajos" – WEF – enero del 2016), en manos de la inteligencia artificial, la nanotecnología, la robótica, la impresión 3D, la genética y la biotecnología.

Este estudio se basa en entrevistas a especialistas y directivos de más de 130 empresas globales, para saber cómo imaginan que cambiarán los negocios en el 2020.

Los nuevos sistemas inteligentes ya están demandando una fuerza de trabajo diferente, con habilidades y talentos específicos. Los nuevos puestos de trabajo estarán relacionados con la computación, ingeniería, matemáticas, arquitectura y serán puestos que no existían hace 5 años.

Algunos puestos que corren peligro frente a esta perspectiva son los administrativos, manufactura y producción, legales, instalación y mantenimiento, actividades de extracción.

En contrapartida, los nuevos puestos demandados tendrán que ver con la actividad financiera, informática, arquitectura e ingeniería, educación y capacitación. En relación a cargos, la mayor demanda se espera para operaciones de negocios, puestos gerenciales y ventas.

El cambio del panorama en los distintos rubros también traerá un cambio en los talentos que se necesitarán, no solo en los empleados actuales y futuros, sino en las habilidades de gestión en las empresas.

La principal dificultad que indican las organizaciones para adaptarse a los cambios es justamente un conocimiento insuficiente de estos cambios, lo cual implica un proceso adaptativo de aprendizaje inclusive para definir la misma situación. Otras dificultades son los recursos limitados, la falta de visión de largo plazo de los accionistas que presionan por resultados inmediatos, una estrategia de recursos humanos que no está alineada con una estrategia de innovación.

Para hacer frente a estos obstáculos las empresas deben comenzar cuanto antes a cambiar estrategias. Lo principal es invertir en capacitación a los empleados actuales. Una fuerza de ventas con un perfil conocido, que ya viene apostando a hacer carrera en la organización. La movilidad o rotación en los puestos puede ser una salida inteligente, así como hacer alianzas con instituciones educacionales para abrir posibilidades de nuevos aprendizajes y una formación más sólida, pero sobre todo, diversa.

Otra opción que se menciona es enfocarse en el talento femenino. Las mujeres buscan posicionarse y están invirtiendo fuertemente en sus profesiones, dispuesta a formarse y ampliar sus áreas de actuación. Lo mismo ocurre con otros sectores minoritarios de la población. Son abundantes los estudios que muestran los beneficios de la diversidad en todos los rubros y cargos.

En relación a la modalidad de trabajo, se van posicionando cada vez con más fuerza las prácticas de horario flexible y el "home office" o trabajo a distancia, reconociendo que mejoran sensiblemente la productividad y aumentan el compromiso de los colaboradores, ya que muestran preocupación por su bienestar. Con las posibilidades tecnológicas esta opción es más que viable.

Para liderar esta transformación es importante fortalecer a las personas, capacitarlas, acompañarlas, escucharlas. En esta tarea clave, el rol del área de recursos humanos debe ser reinventado. Se requiere que sea un área más estratégica y que tenga un lugar en las decisiones proporcionando información alineada con el negocio, que promueva la innovación y ofrezca herramientas de liderazgo que permitan maximizar las oportunidades que propone el nuevo panorama.

Pero no son solo las empresas las que se verán impactadas por el futuro. Los países por su parte también deben actuar de inmediato para que este cambio de escenario no les traiga altas tasas de desempleo y la consecuente reducción de consumo. Preparar al país para aprovechar al máximo el potencial de los próximos años es fundamental.

En Paraguay, la reciente discusión en torno a la educación, parece más centrada en lo social y hasta político, y mucho menos en una mirada estratégica. Es fundamental y urgente visualizar la educación como la única salida posible para enfrentar el futuro, adaptarse a los desafíos del nuevo mercado de trabajo y permanecer competitivos y sustentables.

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