La derrota de Cerro Porteño a manos de Boca Juniors, en octavos de final de la Copa Libertadores de América, no solo dejó a los azulgranas otro año de frustración a nivel internacional, sino que cortó una racha que llenaba de orgullo a la Asociación Paraguaya de Fútbol.
En los últimos tres años, el fútbol paraguayo tuvo al menos un representante en las semifinales del torneo de clubes más importante del continente. Incluso, dos de ellos llegaron a la gran final.
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La que se escapó de las manos
Todo comenzó en 2013, cuando Olimpia estuvo a cinco minutos de conquistar "La Cuarta", tras haber empezado la Copa desde la primera fase. En la ida, en Asunción, venció al Atlético Mineiro 2-0, con goles de Alejandro Silva (22') y Wilson Pittoni (93').
En la revancha, jugada en Belo Horizonte, los dirigidos por Ever Almeida no pudieron repetir la buena actuación de la ida, pero estuvieron a solo minutos de la consagración. El 2-0 de Leonardo Silva llegó a cuatro minutos del final (86'). Antes, a los 46', había anotado el primero Jo.
Es sabido que luego la definición del título llegó a la vía de los penales, donde los brasileños fueron más efectivos y acabaron ganando su primera Libertadores con el marcador de 4-3.
Cerca de la hazaña
Al año siguiente, el turno fue de Nacional, que para sorpresa de todos y bajo la conducción de Gustavo Morínigo se instaló en la gran final para disputar junto a San Lorenzo de Almagro una definición entre clubes que nunca ganaron una Libertadores.
La Academia falló en el partido de ida, que estuvo a punto de perderlo si no fuera por el tanto de Julio Santa Cruz cuando ya se oía el pitazo final del árbitro (93'). Fue un 1-1 que le dio mayor tranquilidad al conjunto argentino para la revancha.
Sin embargo, no le resultó fácil a San Lorenzo alzarse con su primera Libertadores. Solo un gol de penal, marcado por el argentino nacionalizado paraguayo Néstor Ortigoza (36'), hizo la diferencia y dejó a Nacional con el vicecampeonato.
Un paso atrás
En 2015 el turno fue de Guaraní, aunque a diferencia de los franjeados y tricolores, no pudo quedar entre los dos mejores del continente.
Los dirigidos en ese entonces por Fernando Jubero llegaron hasta semifinales, tras brindar grandes sorpresas dejando en camino a colosos como el Corinthians (en octavos de final), al que derrotó en los dos partidos, y Racing (en cuartos), con el que había compartido grupo en la segunda fase.
En semifinales, Guaraní se encontró con el que a la larga se consagraría campeón de América: River Plate. El conjunto argentino sacó un triunfo de 2-0 en Buenos Aires y en Asunción frenó las intenciones de ir a los penales del local, al empatar 1-1. El tanto aurinegro había sido obra de Fernando Fernández.
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Racha interrumpida
Este año la buena racha, que a la APF le permitía jactarse de tener "el torneo más competitivo", se vio interrumpida en octavos de final, donde Cerro Porteño se encontró con Boca Juniors, seis veces ganador de la Copa Libertadores.
Los xeinezes, comandados por un copero experimentado como lo es el hoy entrenador Guillermo Barros Schelotto, se impusieron en los dos partidos. En la ida, en Asunción, ganaron por 2-1; mientras que en la vuelta, en Buenos Aires, triunfaron por 3-1. Los goles azulgranas fueron obra de Cecilio Domínguez y Rodrigo Rojas, respectivamente.
Habrá que esperar hasta el próximo año para saber si el fútbol paraguayo puede volver a colocar a sus equipos en las instancias finales del torneo más prestigioso del continente.
Claro, mientras tanto queda la Copa Sudamericana que arranca en agosto próximo, con la participación de Cerro Porteño, Libertad, Sol de América y Sportivo Luqueño.