La provincia argentina de Mendoza es mundialmente conocida por sus vinos; sin embargo, sus tierras albergan mucho más que viñedos. Es lo que nos tocó descubrir en esta visita, en la que recorrimos desde la finca Los Almendros hasta llegar a la planta de Knorr, sitios donde vivimos paso a paso todo el proceso de fabricación de alimentos bajo los criterios de la sustentabilidad.

Por: Jazmín Ruiz Díaz Figueredo

Cebolla, ajo, locote, lechuga, coliflor y puerro se cultivan en las 37 hectáreas que componen Los Almendros, ubicada en el departamento de Maipú, en la provincia de Mendoza (Argentina). Y también el zapallo, la estrella de la finca. "Es el cultivo más lindo que hay", acentúa José Gámez, dueño de la propiedad, refiriéndose a las facilidades que permite su cosecha.

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Pero ni Los Almendros es una finca como otras ni el zapallo que aquí crece es como todos. En el primer caso, se trata de una Finca Destacada Knorr, un reconocimiento global que ha alcanzado no solo por cumplir sino por superar los requerimientos de prácticas agrícolas establecidos por el Código de Agricultura Sostenible de Unilever.

Allí se producen anualmente 40 a 50 toneladas de zapallo Aconcagua, un híbrido desarrollado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina y Unilever, del cual la multinacional tiene la explotación exclusiva por 20 años.

El sol pleno del mediodía hace brillar y resalta la característica principal del Aconcagua: su intenso anaranjado que cumple no sólo un factor estético, sino que revela un mayor contenido de los beneficiosos carotenos; además, este zapallo se destaca por un alto contenido de sólidos y un mayor rendimiento, factores que permiten mejorar la producción con un menor impacto ambiental.

Foto: Jazmín Ruiz Díaz Figueredo[/caption]

"Un vegetal sustentable es un vegetal que es cultivado pensando en las generaciones que vienen."

En armonía con la naturaleza

"Los tiempos de la naturaleza son los que marcan el ritmo de la planta y eso se tiene que respetar", destaca el ingeniero agrónomo Marcelo Rivara, quien trabaja día a día con los agricultures como jefe de Abastecimiento Hortícola de la planta.

Rivara nos explica los criterios que guían su trabajo: "A partir del 2008, Unilever empieza a desarrollar un código de agricultura -porque en realidad no existe ninguna certificación rigurosa sobre lo que es la sustentabilidad- para tener unos lineamientos generales de cómo producir un vegetal sustentable".

"Un vegetal sustentable es un vegetal -en grandes líneas- que es cultivado pensando en las generaciones que vienen", sintetiza Paula López Landívar, directora de marketing de alimentos de la empresa para el Cono Sur. "Si uno piensa en el futuro -continúa-, piensa en las generaciones que vienen, piensa en el suelo, en el agua, en el cuidado de los recursos que sabemos que son escasos, y que si no tenemos en cuenta, el día de mañana no vamos a poder cultivarlos. Entonces, es un vegetal que tiene todos los cuidados necesarios para que cada vez se pueda producir más y mejor".

En el 2010 entra en vigencia este código, codesarrollado con oenegés como Rainforest Alliance y Fairtrade Foundation. La meta está puesta para el 2020, año en el que Knorr planea un abastecimiento del 100% de este tipo de vegetales.

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Actualmente, Los Almendros cumple con todos estos requisitos, que abarcan desde prácticas que garanticen la salud del suelo a futuro. El aprovechamiento del agua es otro tema clave. Por eso, se emplea el sistema de riego por goteo, que permite un ahorro del 30% de H2O en comparación con el riego convencional. "La preocupación más importante -salvo este año, debido a la gran cantidad de lluvias que ha habido-, es la escasez de agua", enfatiza Gámez refiriéndose al clima semiárido de la provincia.

Otras cuestiones presentes en el Código de Agricultura Sostenible tienen que ver con potenciar el empleo de agricultores locales y capacitarlos en temas de sustentabilidad. También con el cuidado de la biodiversidad, que Gámez explica con un ejemplo concreto: "Al principio erradicábamos todas las plantas autóctonas para plantar hortalizas, pero ahora estamos comenzando a darles un espacio en la finca, del mismo modo que a los zorros o las lechuzas -parte de la fauna del lugar-, ya que entendimos que forman parte del ecosistema".

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La última parte la descubrimos en la planta y se centra en optimizar el uso de la energía y en disminuir la acumulación de basura, a tal punto que la planta envía cero residuos a rellenos sanitarios.

Con la vestimenta de seguridad requerida, seguimos todo el proceso en la planta desde la llegada del zapallo Aconcagua hasta transformarse en la materia prima de las sopas y los caldos que nos acompañan día a día en la mesa. "El sabor es la esencia de nuestra marca y buscamos hacerlo de la manera más natural posible. Por eso trabajamos tan fuerte con lo que tiene que ver con el entorno de la naturaleza y de dónde surgen nuestros productos", enfatiza López Landívar.

Tras conocer este proceso, queda la pregunta final: ¿Es la sustentabilidad un buen negocio? Gámez no deja lugar a dudas: "Yo creo que sí y al que no lo vea de esta manera no le va a ir muy bien. Es a lo que debemos apuntar todos".

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