La decapitación de un canadiense por parte de los islamistas filipinos de Abu Sayyaf reavivó la alarma por los más de 20 rehenes secuestrados en el archipiélago por este grupo, que las fuerzas de seguridad prometieron el martes perseguir y "neutralizar".

La cabeza de la víctima fue hallada el lunes delante de un ayuntamiento de Jolo, una isla que se encuentra a unos 1.000 km al sur de Manila y que es el feudo del grupo islamista. El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y las autoridades filipinas precisaron que la víctima era John Ridsdel, un jubilado secuestrado hace siete meses junto a otro canadiense, un noruego y una filipina.

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