La música folclórica nacional ahora también suena fuera de los festivales gracias a Tekove, el grupo que apostó por acercar al público joven las canciones de autores paraguayos. Acaban de estrenar su primer material discográfico y aquí podés conocerlos.

Entrevista: Jazmín Gómez Fleitas

El grupo lo integran Melissa Hicks (voz), Fernando Garbarino (guitarra), Juanchi Álvarez (violín), Eduardo Báez (teclado), Juan Pablo Giménez (bajo) y Luis Chaparro (percusión). Nació con el trío fundador integrado por Melissa, Juanchi y Fernando en el 2014. Sin embargo, Melissa explica: "El grupo se formó gracias al Maestro Lorenzo Álvarez (conocido como el violín romántico de Asunción); fue él quien nos dijo: 'Tienen que hacer música paraguaya, los jóvenes ya no lo hacen, ustedes tienen que animarse'".

El Maestro Lorenzo era el abuelo de Juanchi y esa frase que los marcó, la dijo en una de las peñas que hicieron para alegrarlo en sus últimos días. El nieto, que también es violinista, se acercó al instrumento a los 12 años, estuvo en la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) hasta los 18 y además es productor en el Estudio de Grabación de Luis Álvarez. Melissa estuvo fuera del país varios años cantando en Emiratos Árabes, China e Inglaterra, y ahora está por terminar la carrera de Comunicación Audiovisual, la cual se convirtió en su segunda profesión ya que se dedica de lleno a la música.

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Fernando Garbarino es quien se encarga de los arreglos musicales, es director de la Orquesta Folclórica del Conservatorio Nacional y guitarrista en la OSN. El resto de los músicos son todos conocidos en el ambiente. Luis Chaparro (sí, hermano de Rolando Chaparro) es uno de los bateristas más profesionales del ambiente, ya que domina los palillos en todos los estilos. Juan Pablo Giménez es profesor en el conservatorio y es miembro de otras bandas, siendo Tekove la primera del género folclórico. Finalmente, Eduardo Báez es tecladista y también profesor en el conservatorio.

Pohã Ro'ysã para el alma

Su repertorio musical es de lo más amplio pero la base siempre es el folclore nacional y temas de la cultura latinoamericana. Cuentan que cuando tienen sus toques (es decir, cuando los contratan para tocar en restaurantes, bares, eventos sociales, etc.), cada vez que eligen un tema folclórico la gente empieza a aplaudir más eufórica, y que son esos los momentos donde aprovechan para tocar un tema tras otro, sin parar, de música paraguaya. "Así el show fácilmente logra superar el 50% de música paraguaya y todos disfrutaron. Creemos que está nomás en el subconsciente de la gente que la música folclórica es exclusiva de festivales; en nuestra experiencia vivimos a diario lo contrario", concuerdan.

Foto: Chelo Encina[/caption]

El disco es justamente un homenaje a la música paraguaya y eligieron los temas más significativos para incluirlos. Fernando se encargó de los arreglos, y cada uno de ellos fue agregando su estilo personal a la interpretación. Se llama Pohã Ro'ysã para el alma debido a que llegaron a la conclusión de que el paraguayo está sufriendo de mucho estrés últimamente. "Que si el calor o el tráfico"; entonces, el material busca dar como respuesta unos minutos en que el alma se aquiete y simplemente disfrute de las melodías.

Además, incluyeron un tema de su autoría, anticipando lo que se vendrá próximamente; pues ya se encuentran trabajando en el siguiente material. Agregan que por más de que se vengan nuevos temas propios, no creen que dejen de hacer covers de los nacionales porque se consideran fans de los autores paraguayos.

La idea del disco estuvo desde el vamos, porque como detalla Melissa, la portavoz oficial del grupo, desde que uno sueña con una banda ya piensa en un disco. "Si querés hacerlo bien, tenés que trabajar con las personas adecuadas, y nosotros podemos decir que tuvimos la bendición del Maestro Luis Álvarez en su estudio y también la de Sergio Cuquejo en Spirit and Sound, que son dos personas superreconocidas en el país. Incluso, me atrevería a decir que son los mejores productores del país, sobre todo en el estilo que elegimos nosotros".

¡Se ven unas 28 horas al día!, bromea Luis Chaparro. Lo cierto es que los ensayos serios de la banda se dan unas tres veces a la semana y el resto lo dejan para los toques; pero en realidad, se ven casi todos los días. Para ellos, lo más importante una vez que bajan del escenario es la relación que mantienen. "Este es un trabajo constante, no es solo ensayar y ya tocamos lindo, es conectarnos y funcionar como una familia. Nos repartimos las tareas, trabajamos la parte visual; en verdad es un trabajo general, y nosotros queremos que la gente pueda darse cuenta de eso cuando nos conozca. Buscamos calidad, que el proyecto en sí, sea una marca registrada", explica Luis.

Todos concuerdan en que la música paraguaya siempre les gustó pero que años atrás no era factible vivir de ella y que, sin embargo, hoy se está dando un despertar muy esperanzador en el mercado. "Creo que todo empieza, y con el debido respeto que se merecen los demás grupos, con los K-chiporros. Ellos abren un portal a la música nacional, que nos está empujando a todos", sostiene Melissa.

¿Qué si están felices con la cantidad de grupos nacionales que se animan? Absolutamente. Aseguran que era lo que se necesitaba para que la música nacional evolucionara, independientemente del género, más grupos que vayan desarrollando un estilo propio.

"Me gusta lo que está bueno y no creo que debamos apoyar simplemente lo nacional por ser nacional, hay que apoyar lo nacional porque está bueno; debemos ser exigentes con los artistas que tenemos. El artista que tenemos es el que merece el pueblo. Si los artistas son buenos, es porque el público está exigiendo eso. La gente quiere escuchar cosas buenas y eso hace que nosotros queramos crecer cada vez más. Si la música sube a otros niveles, eso nos empuja a crecer".

Etiquetas: #florclore

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