De acuerdo a documentos a los que La Nación Investiga tuvo acceso, se sospecha que incluso hasta los títulos que dice haber obtenido en Argentina estarían adulterados.

Entre las documentaciones que presenta Ibáñez Morino figura que es egresado como Perito Comercial del Liceo Militar General Espejo, de Mendoza. Sin embargo, desde esa institución aclararon que en ese año (1976), el instituto no registraba todavía en su plan de estudio la carrera de perito. Además, señalaron que no existen datos sobre Ibáñez en el archivo general de la institución.

También figuran estos títulos: Licenciado en Ciencias de la Educación, Doctor en Filosofía y Doctor en Ciencias de la Educación y Máster en Ciencias de la Educación por la Pontificia Universidad Católica Argentina "Santa María de los Buenos Aires". No obstante, desde el departamento de Graduados de dicha casa de estudio desconocen que existan estos títulos a favor de Ibáñez Morino.

Varias personas que conversaron con La Nación Investiga aseguraron que Ibáñez Morino fue el examinador de la mesa de control de la tesis que presentaron en sus facultades. Ibáñez Morino trabajó prácticamente en todas las universidades, tanto públicas como privadas, del país en los últimos años.

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Se hizo cargo de posgrados en actividades relacionadas al ámbito de la investigación educativa. Su último intento por ser docente en un posgrado fue en la Universidad del San Ignacio de Loyola, donde se perfilaba para ser profesor de la siguiente materia: Introducción a la ética. Finalmente, desde esta casa de estudio le solicitaron los documentos originales de sus títulos, pero Ibáñez envió un correo diciendo que desistía de hacerse cargo de dicha carrera.

Docentes universitarios con quienes conversó La Nación Investiga –pero que prefirieron guardar el anonimato– trataron de explicar cómo se da un fenómeno así en círculos académicos tan altos; señalaron que, dentro del círculo de profesionales que trabajan en los posgrados y especializaciones, se conocen prácticamente todos, por lo que cuando un docente es aceptado por una institución, lo hace más que nada por recomendaciones o por los trabajos que viene realizando. En ese sentido, si hay algo que a Ibáñez Morino no se le puede reprochar es que estuvo en todos lados, por lo que su fama de "docente universitario e investigador" fue siempre su carta de presentación. En las universidades ya ni le pedían las documentaciones.

Tal es el grado de fama que se ganó en el ambiente académico Ibáñez Morino, que incluso fue recomendado para trabajar como investigador para la Comisión Verdad y Justicia, organización con la que trabajó en el informe final sobre "Tierras malhabidas" como investigador, en el año 2008.

El sacerdote igualmente figura como coordinador del Comité Científico VE Chile, una organización para promocionar la educación científica; también es uno de los profesionales de la firma "SAE Consultores", donde se muestra parte del currículum de Ibáñez dentro del staff de esta consultora.

OTRAS ÁREAS

Ibáñez Morino no solamente se metió de lleno al campo universitario o religioso, si no que también apostó en el campo empresarial. En ese sentido, en el 2006 creó la firma denominada "Onix SA", siendo uno de los socios propietarios. En esta empresa aparece también el abogado Ricardo Antar Morel como síndico titular, según registros de la Gaceta Oficial. Antar Morel apareció junto con Ibáñez el día de la misa del papa Francisco en Ñu Guasu, el pasado 12 de julio del 2015, en plena zona reservada para sacerdotes.

ALEGAN ROBO

El abogado Florencio Oliva, que se presentó en la redacción de La Nación como defensor jurídico de Ibáñez Morino, señaló que al sacerdote le habían robado todos sus títulos originales y que estaba en proceso de solicitar uno por uno. Aseguró que no existe ninguna adulteración de títulos por parte de Ibáñez Morino.

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