Periodista
Alguna buena gente insiste en que los exportadores de granos deben pagar impuestos a la exportación (http://bit.ly/1pswKT2) para financiar a la denominada "agricultura familiar campesina", lo cual sostienen seguramente por falta de información o por dogmatismo ideológico.
El 7 de noviembre del 2007 el gobierno de Néstor Kirchner estableció en Argentina un dispositivo impositivo, las retenciones, que gravaban las exportaciones de granos. No era la primera vez que se hacía en Argentina, pero sería la vez que, variando cada tanto su modalidad específica, tendría mayor impacto económico, social y político.
El 6 de octubre del 2015, el diario argentino "La Izquierda", que expone los puntos de vista del grupo liderado por el diputado marxista Nicolás del Caño (http://bit.ly/1T5gPCb), publicó el siguiente material, bajo el título "INDEC: continúa la caída de las exportaciones argentinas": "Las exportaciones se contrajeron un 17,9 % durante el primer semestre del año y acumula dos años de caída. Avanza la primarización de las exportaciones y la concentración en manos de un puñado de grandes empresas (…) Los mayores retrocesos se dieron en el complejo petroquímico (-52 %), siderúrgico (-46,8 %), y automotriz (-21,7 %), pero también se viene registrando una caída en el complejo sojero (-17,8 %). La exportación de maíz y trigo registraron un alza interanual del 31 % y 47 % respectivamente, pero acumulan una caída del 23 % y 50 % comparado con 2011 (…) Y si comparamos con 2011, la tendencia es a que se reduzca la participación de las exportaciones automotrices (del 12,3 % al 11,9 %), petroquímico (del 8,6 % al 5,5 %), y siderúrgico (del 2,1 % al 1,3 %). Mientras que el complejo oleaginoso viene aumentando en forma sostenida su participación en el total (del 26,5 % al 31 %) (…) A pesar de la caída continua en las exportaciones, o precisamente por esta misma razón, se da al mismo tiempo una mayor concentración de las mismas en las grandes empresas exportadoras. Según la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) en 2010 existían 9.295 pequeñas y medianas empresas exportadoras (PYMEX) que concentraban aproximadamente un 12 % de las exportaciones totales. En 2014, las PYMEX se redujeron hasta llegar a 5.092, es decir que en cuatro años la cantidad de PYMEX se redujeron en un 45 %. Al mismo tiempo se va a profundizar el control monopólico del comercio exterior por parte de las principales multinacionales exportadoras que también controlan el grueso de las divisas que ingresan al país: Cargill, Toepfer, Bunge, Dreyfus, ADM, Nidera, y ACA, concentran el 90 % del total del volumen exportado del complejo sojero y el 85 % del volumen exportado de trigo" (http://bit.ly/1SjtdSC).
En síntesis, la medida de Kirchner, aunque no únicamente ella pero sí principalmente ella, produjo los efectos señalados más arriba: Caída de las exportaciones, caída de la participación argentina en los mercados mundiales de granos, proceso de concentración de la propiedad, proceso de concentración del comercio exterior.
Todo eso ocurrió por la sencilla razón de que "los ricos" están mucho mejor preparados que los demás para solventar una carga impositiva que afecte la motivación de cualquier negocio. Tienen la estructura requerida para hacerlo, cosa que para los demás, para los pequeños, los medianos y los emergentes, es costo adicional, pérdida de competitividad y salida del mercado.
Los impuestos altos son un negocio para los ricos, les ayuda a concentrar; no son oportunidades para los pobres y el caso argentino lo demuestra mejor que los muchos otros que existen.
Si se aplicara en Paraguay un impuesto a las exportaciones de granos tendríamos repetidos aquí los mismos efectos señalados por el grupo de Nicolás del Caño en Argentina, pero además tendríamos dos efectos adicionales que los argentinos no tienen en el mismo grado que nosotros: Esos efectos primarios sumarían al "costo mediterraneidad", dado por lo que cuesta transportar nuestros productos hasta puertos marítimos para ponerlos al alcance de los mercados mundiales, y trasladaría recursos de un sector dinámico de la economía (los productores de granos) a un sector perezoso, retardatario (el Estado), cuya ineficiencia proverbial está entre las más notorias del continente americano.
Y en el dudoso supuesto de que los recursos tomados de los productores de granos no vayan a nuestro ineficiente Estado y sean eficazmente canalizados a la agricultura familiar campesina, también estaríamos transfiriendo recursos de un sector eficiente a un sector estructuralmente incapaz de competir con la agricultura tecnológica norteamericana o brasileña, condenando a la sociedad paraguaya a no vender en el exterior y a comprar en el interior productos más caros y de menos calidad.
Nosotros estaríamos adoptando el dañino modelo kirchnerista en el mismo momento en que Argentina lo abandona, cargando sobre nosotros todos los elementos de pérdida de competitividad que nuestros competidores (Argentina y Brasil, justamente) necesitan para sacarnos del mercado en el que ellos siempre fueron dominantes y al que tanto nos costó acceder.
Alguien incluso podría pensar que quienes proponen gravar las exportaciones están pagados por nuestros competidores, pero yo creo que es falta de información o dogmatismo, como lo señalé al inicio.
La falta de información sobre lo que tales o cuales medidas ocasionan es tremendamente riesgosa porque puede conducirnos a tomar medidas groseramente equivocadas, pero el dogmatismo para sostener tales o cuales medidas es todavía peor, porque desecha los hechos, los hechos no les interesan a los dogmáticos, ellos quieren lo que quieren aunque cueste lo que cueste.
La equidad que debe garantizar el Estado no puede construirse sobre la destrucción o el menoscabo de las fuerzas económicas y sociales que generan riqueza, sino que debe construirse sobre el mejoramiento de la eficiencia de ese mismo Estado.
El Estado paraguayo, nuestro Estado, es el principal enemigo de la equidad que debe construir porque usa alrededor del noventa por ciento de sus ingresos tributarios en pagar a los prebendarios contratados por políticos que ahora quieren apoderarse de los recursos de los exportadores (http://bit.ly/1XOpP2v) (http://bit.ly/1WN2tvJ) (http://bit.ly/24aUkDr) y el resto, incluidos los créditos, lo usa para pagar contratos de privilegio como los del ministerio de Educación y la administración pública entera (http://bit.ly/24aVI99), por los que empresarios sinvergüenzas se apropian de ingentes recursos públicos.
Que dejen de robar los políticos y los empresarios sinvergüenzas es lo que tenemos que lograr en vez de permitirles agrandar la bolsa de la que se apropian sin antifaz.