La gran repercusión que genera la serie de publicaciones que desde hoy hace el equipo de La Nación Investiga, ha desatado un fuerte intercambio de opiniones entre los lectores en redes sociales, especialmente Facebook.
El caso de al menos 5 sacerdotes denunciados por abuso sexual, que fueron acogidos en iglesias paraguayas, genera todo tipo de opiniones, entre las que van desde el hecho que varios lectores mencionaron que los fieles no son quién para juzgar, hasta que la imagen de la iglesia está desgastada por no transparentar casos de abusos.
"Dios les va perdonar si se arrepienten. Pero tendrán que pagar a la justicia", dijo uno de los creyentes, Alcides Recalde.
Otro de los feligreses, ?Hugo Hermoza, dijo que no hay que preocuparse del como la persona cometió un pecado tan grande, ya que el castigo "le va a llegar y tendrá lo que se merece, particularmente no quiero que un sacerdote se vaya a querer ir a confesarme porque no vale la pena, es una gran burla?".
También aparecieron los críticos a la Iglesia con toda la artillería. ?Lucca Fernández reclamó que existe mucha hipocresía en el caso ya que "cuándo es un ciudadano común el que viola todos los dedos lo señalan y todos los juzgan pero cuando es un sacerdote pedófilo, la verdad es que solo Dios puede juzgar, nadie es perfecto".
Por su parte, ?Valeria Orihuela, dijo que el día que la gente no se deje llevar por el fanatismo de la religión, "se les va a empezar a caer la careta a muchos de estos curas que se esconden detrás de la sotana para cometer actos indignos".
?Blas Peña, por su parte criticó que hay impunidad total ya que "los sacerdotes católicos no son la excepción, si hay dudas visiten las cárceles para ver que el 98% son católicos. Los religiosos no hacen nada para mejorar esta sociedad?".
?Daniel Pereira, dijo de su lado, que el ser humano es pecador por lo que debe dejar de ser juez de su prójimo y no murmure. "La tierra cambiará cuando dejemos de hablar de la vida ajena", significó.
La primera parte de la serie señala que Paraguay cobijó al sacerdote argentino Carlos Ibáñez desde 1992, investigado por denuncias de abuso sexual de al menos 10 jóvenes en Bell Ville, provincia de Córdoba, Argentina, a principios de los '90.
Estando suspendido por el obispado cordobés, Ibáñez igual ejerció sus funciones como sacerdote, oficiando misas, trabajando con jóvenes y paseándose por varias comunidades religiosas en nuestro país.