Por Carina Gómez

Country Manager de Great Place to Work® Paraguay

Todas las empresas buscan primeramente llegar a los resultados de negocio que se proponen. Generalmente estos resultados tienen que ver con vender más, aumentar la rentabilidad, crecer, diversificarse, ser sustentables en el tiempo. Para esto, diseñan cada año una serie de estrategias que se convierten luego en acciones. Con el tiempo, este proceso va generando una cultura organizacional. Una manera de hacer las cosas que es característica y permite que algunos procesos se sostengan.

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Las empresas que están en las listas de Mejores de Great Place to Work® trabajan para construir una cultura de excelencia, que además logre resultados extraordinarios. Sin embargo, aunque este parece un objetivo evidentemente deseado por todas las organizaciones, son pocas las que lo logran y lo sostienen en el tiempo.

Para conseguirlo es necesario que existan algunos factores fundamentales, como por ejemplo el compromiso de los directores, o sea, el primer nivel de la organización, que debe además involucrar a los demás niveles de liderazgo. Construir un excelente lugar para trabajar comienza por los líderes.

Otra característica de estos lugares de trabajo excelentes es el permanente diseño e implementación de prácticas y políticas inclusivas que permitan consolidar la cultura y sostener los resultados. Los programas que se implementan para la gestión de personas son sólidos, completos y consistentes con el rubro, el negocio y la cultura de la empresa.

Estas prácticas son las que materializan la cultura, los valores corporativos, y son implementadas por todos los líderes. Son las políticas de remuneración, los programas de desarrollo (promociones, ascensos y plan de carrera), los mecanismos de comunicación, los planes de capacitación, el programa de beneficios, entre otros.

Además de ser adecuadas a la empresa y su cultura, las políticas y prácticas culturales deben estar alineadas al momento que vive la organización, ya que son situacionales. Por lo tanto son dinámicas y deben revisarse con frecuencia para ver si siguen siendo consistentes y si siguen respondiendo a las necesidades y características de los desafíos de la empresa y de los colaboradores.

En nuestro trabajo con las empresas les proponemos, además, que estas prácticas se enmarquen dentro de un modelo conceptual al que llamamos Giftwork®. Este modelo recorre pasos culturales claves para construir y sostener un excelente lugar para trabajar y describe una interacción en el lugar de trabajo en la que el empleado y el líder dan más de lo esperado o requerido en beneficio de la organización o de la relación.

En esencia, Giftwork® podría definirse como el trabajo extra que los empleados están dispuestos a brindar por encima de sus obligaciones contractuales, por encima de las funciones de su cargo. Las interacciones entre los empleados y la empresa pueden ser más transaccionales o más Giftwork®, dependiendo del enfoque que se les da el líder.

En un estilo transaccional se observa una interacción basada en el intercambio. El empleado entrega su tiempo y la empresa le da un sueldo. En el estilo Giftwork®, se prioriza el tipo de vínculo que se construye con el empleado, sustentado en la confianza.

Las Mejores Empresas para Trabajar maximizan el estilo Giftwork®, logrando una cultura en la cual prima la confianza, la colaboración y el trabajo en equipo.

Estilo Transaccional

Estilo Giftwork®

El objetivo es obtener ventaja individual

El objetivo es el crecimiento mutuo

Bajo riesgo

Alto riesgo – Vulnerabilidad

Información limitada

Transparencia

La obligación termina con la transacción

Relación abierta

Igual para todos

Altamente personalizado

El dinero es la moneda de cambio

La confianza es la moneda de cambio

Volviendo al rol de los líderes, sabemos que es necesario que se apropien de las prácticas y las políticas y que las usen a su favor para construir y mantener vínculos de confianza con sus empleados. Son ellos los que articulan la cultura, a través de las prácticas, generando así una percepción favorable en sus equipos con las acciones de todos los días. Un líder que, en forma recurrente, enfoca sus acciones a la construcción de relaciones de confianza con sus colaboradores, consigue un equipo comprometido que logra resultados extraordinarios.

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