Por Antonio López
antoniolopez@lanacion.com.py
Noyme Yore, defensora general, se presentó el pasado jueves en el Palacio de Justicia, donde se le comunicó de las medidas alternativas que le fueron aplicadas en el marco del proceso que soporta por usurpación de funciones públicas. Hasta aquí es una información más, una noticia que, si bien tiene una importante trascendencia, se puede tomar como un caso más de los que se presentan en los tribunales capitalinos.
Pero no, la presencia de Yore en sedes judiciales sirvió para mostrar el "respaldo" que la misma tiene de parte de sus subordinados, quienes en "patota" acudieron al palacio tribunalicio en pleno horario laboral, para constituirse en una especie de armadura para que nada le pase a la "jefa".
Es, a la vista de todos, una actitud lamentable la asumida por los defensores públicos, justamente ellos que deberían ser ejemplo dentro del esquema de la Justicia en el país, ya que tienen la alta responsabilidad de llevar adelante la defensa de quienes no tienen la posibilidad de acceder a un abogado. Pero lo agravante de esta situación fue que "la patoteada" se hizo en un horario en el que los mismos deberían haber estado en sus puestos de trabajo, horario que "ocuparon" para ir en cierta forma a "presionar" una diligencia judicial.
Yore está procesada por usurpación de funciones públicas por el hecho de haber nombrado a abogados particulares, tres en este caso, como defensores públicos, sobrepasando la atribución que es exclusiva de la máxima instancia judicial. Le fueron impuestas estas medidas; una fianza de 545 millones de guaraníes, de los cuales 445 millones son fianza real o inmueble, y 100 millones de guaraníes, fianza que fue asumida por el defensor de Yore.
Pero hay que acotar que todo este espectáculo llevado adelante por los funcionarios de la Defensoría Pública en cierta forma fue "avalado" por las autoridades del juzgado, ya que en ningún momento se intentó siquiera poner orden en el interior de la sede judicial. Si bien las presiones dentro de la Justicia son, lamentablemente, una constante dentro del sistema, el hecho de que los propios defensores públicos hayan sido los que en esta oportunidad "dieron la cara", deja al descubierto que algo anda mal, de que algo está "podrido".
Y esta situación demuestra cuán pervertido está el sistema judicial en el país. Un sistema que viene tambaleando ya desde hace mucho tiempo y que, por "cuestiones políticas" muy poderosas, no se puede encaminar. La actuación de los defensores públicos no es más que otro punto oscuro en el esquema de la Justicia en el Paraguay; un esquema donde la transparencia es una de las grandes ausentes.
En ese mismo marco, conviene recordar que en el ámbito del Poder Legislativo se reactivó el proceso de juicio político a los ministros de la Corte Suprema de Justicia Sindulfo Blanco, Miguel Óscar Bajac y César Garay Zuccolillo, instancia que estuvo parada por un largo tiempo.
Quizás, de culminar en forma positiva estos juicios, el camino a la transparencia dentro del Poder Judicial se vaya limpiando de los muchos sitios oscuros con que actualmente cuenta, hecho que, desde todo punto de vista, será un paso importante en el fortalecimiento del derecho de todos los paraguayos. Y eso es precisamente lo que se espera.
DESTACADA
La actuación de los defensores públicos no es más que otro punto oscuro en el esquema de la Justicia en el Paraguay; un esquema donde la transparencia es una de las grandes ausentes.
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Pero lo agravante de esta situación fue que "la patoteada" se hizo en un horario en el que los mismos deberían haber estado en sus puestos de trabajo, horario que "ocuparon" para ir en cierta forma a "presionar" una diligencia judicial.