POR JUAN CARLOS BAREIRO

periodista

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En su tercera visita como asesor económico del gobierno de Horacio Cartes, el ex ministro de Hacienda de Sebastián Piñera en Chile, señala con optimismo los indicadores económicos de Paraguay. Pero no se detiene en ello. Enfatiza en la necesidad de establecer bases consistentes en políticas públicas. Lanza además una contundente crítica al populismo en retirada de la región.

-Pese al corto tiempo desde su primera visita al país el año pasado, ¿ha notado alguna evolución en la condiciones generales que encuentra en Paraguay?

-Creo que uno viene la primera vez tratando de analizar, de ver cómo funciona el país. Hoy día creo que tenemos una mejor comprensión de lo que está pasando acá, y francamente, hay dos cosas que me llaman la atención: el primero es que si usted me menciona que hay un país que está situado en la frontera de otro que es muchísimo más grande, que es su principal socio comercial y que tiene una crisis profunda política, económica, social, como es el caso de Brasil; que además absorbe cerca del 35% de las exportaciones paraguayas, tal vez la predicción que uno podría hacer es que el país va a tener una situación muy compleja y le va a costar mucho crecer. A pesar de eso, Paraguay no solo no está en recesión, sino que está creciendo en torno al 3% y eso es algo bastante notable. Creo que es bastante meritorio. La gente podrá pensar que crecer 3% no es algo que uno vaya a celebrar, pero todo depende de lo que está pasando alrededor. Este es un momento en particular para Paraguay complejo por la situación de Brasil, y así y todo, este país está creciendo con una proyección algo superior para este año.

-¿Qué es lo segundo?

-Lo segundo es que en América Latina uno puede hacer varias divisiones, pero si uno divide en términos de la seriedad de las políticas económicas, hay países que han seguido el camino populista. Quizás el caso más dramático sea Venezuela, que tiene una profunda crisis económica, política social, peor aun que la que tiene Brasil. Frente a eso están los países que hacen las cosas seriamente, como son los de la Alianza del Pacífico: Colombia, México, Perú, Chile, y yo pondría en este grupo también a Paraguay. Me parece que Paraguay es un país que hace las cosas seriamente, donde precisamente uno de los temas que estamos trabajando hoy día es cómo profundizar y mejorar la institucionalidad fiscal.

-¿Pero habrá algún coletazo de la situación brasileña en nuestra economía?

-Sin dudas que está teniendo un efecto en el comercio transfronterizo. Cuando uno mira las cifras de importaciones, caen porque han caído a su vez las exportaciones en particular a Brasil; la situación en Argentina es mejor, así que el país de alguna manera se defiende algo con el otro vecino, pese que el tamaño de un vecino y otro es distinto. Entonces, mi planteamiento es que es Paraguay siga mirando al exterior para diversificarse; que cada vez mire más hacia el mundo, más que estar concentrado en lo que es, razonablemente, esto que ha ocurrido con Brasil, cuando un país tiene este tipo de coletazos de su principal socio comercial, es un momento, un llamado de atención para mirar al mundo y en particular mirar lugares como Asia, donde hoy día la gran parte de la acción del mundo está. No solo lo digo por China, sino por India, que es un país de 1.100 millones de habitantes que está creciendo sobre 7%. Me parece que es particularmente interesante para nuestra región, y lo digo también desde la perspectiva de Chile, cuyo principal socio comercial, por lejos, es China, que absorbe el 25% de nuestras exportaciones y si usted suma Asia, tenemos que la mitad de las exportaciones chilenas van a Asia.

-¿Cuánto daño hicieron o hacen a nuestros países eso que usted llama "el camino populista"?

-El populismo ha echo mucho daño a nuestra región en distintos momentos del tiempo. Pero primero, para ser precisos, esto no es un tema de izquierdas ni de derechas. Es un tema de los que manejan seriamente la economía y los que no hacen. Ha habido populistas en todos lados del espectro político y ciertamente los regímenes del último tiempos en América Latina han estado más a la izquierda, la izquierda populista. El daño es doble, porque primero, el populista le vende al pueblo, una suerte de paraíso terrenal que no existe, le vende una quimera, y en esa suerte de utopía que ha estado vendiendo, la gente se entusiasma, las expectativas mejoran y luego viene el choque con la realidad.

-¿Porqué no es sustentable en el tiempo?

Es que invariablemente, esto dura muy poco. Los experimentos populistas que han durado más tiempo han sido ayudados por algún commodity de exportación, que lo sustenta un poco más de tiempo, pero cuando las cosas cambian... Mire, Warren Buffet, un ídolo de los inversionistas a nivel mundial, tiene un dicho: "Cuando la marea está alta, todos se ven bien nadando; cuando la marea baja, uno se da cuenta quién está nadando desnudo". Eso es exactamente lo que les pasa a los populistas: baja la marea y están desnudos, porque no tienen nada que ofrecer. Peor además, los populistas han dejado sumidos a los países en una profunda crisis económica y social, de la cual cuesta recuperarse. Mire lo que pasa hoy día en Argentina, donde el gobierno está intentando trabajar con un problema muy serio que recibió, que es el populismo implementado durante el "kirchnerismo", populismo en varias formas: mantener las tarifas públicas en niveles completamente irreales y dar la quimera de que se va a poder seguir ofreciendo los servicios en condiciones de costos que no son posible ofrecerlos; hoy día se ha ajustado el transporte público, se va a ajustar probablemente la electricidad, el agua; por razones lógicas han tenido que sacar los impuestos a las exportaciones de productos y han unificado el tipo de cambio. Esto es también una buena noticia para Paraguay.

-¿Por qué... qué expectativas debemos tener sobre ese cambio?

-Este sinceramiento de los precios en Argentina, porque ustedes estaban viviendo un contrabando muy fuerte cuando los precios estaban controlados, con los tipos de cambio múltiples. Pero esto no va a ser indoloro; esto va a tener un costo que van a sentir los argentinos en el corto plazo, pero a mí no me cabe ninguna duda de que es lo que debe hacerse. Es la responsabilidad. Es como cuando vienen los hijos a pedir permiso para hacer la fiesta y el padre les dice que sí, que usen el auto, que usen la casa, y "papá; vienen unos amigos que son un poco ruidoso, un poco desordenados", y el papá responde "no importa". Pero de repente vienen todos y se quedó abierta una llave de agua en el segundo piso y corre el agua en toda la casa. Es lo mismo a nivel de un país.

-Pero la recuperación argentina también significa para el generador de bienes y al exportador a extra zona el resurgimiento de un competidor...

Pero yo no creo que esto sea un juego de suma cero, donde lo que Argentina gane lo pierda Paraguay. Creo que es una suma positiva. Cuando veo los países de América Latina desarrollándose bien, creo que nos hace bien como región. A mí me encantaría ver prosperidad en mi región, entre otras cosas porque vamos a atraer más inversiones extranjeras, vamos a poder hacer más alianzas productivas entre países, vamos a tener más inversiones cruzando las fronteras e integrarnos mejor. El ex presidente peruano, Alan García decía que quería competir y ganarle a Chile, teniendo mayores tasas de crecimiento, mayor inversión, mayor creación de empleos. A mí me parece estupendo, ojalá todos compitiéramos por crecer más. Eso va a beneficiar a los habitantes de nuestro países.

-¿Dan resultados las fórmulas actuales para que Paraguay sea más atractivo a las inversiones?

-Cuando uno mira que Paraguay crece en torno a 3%, con una cosecha extraordinaria de soja, que creo que será un récord por mucho tiempo. Pero creo que hay déficits muy importantes, como la infraestructura pública. Creo que el acento que ha puesto el Gobierno en potenciar la inversión en infraestructura es un acento positivo. Y hacer esto con responsabilidad fiscal, porque tampoco se trata de tirar la casa por la ventana, invertir en infraestructura y que después tengamos un tremendo déficit. Hay una Ley de Responsabilidad Fiscal, que establece un límite al déficit; nosotros estamos proponiendo una flexibilización de esta ley para poder mejorar, no para cambiar, porque creo que es una buena ley, pero sí para permitir que en los periodos más bajos haya una mayor posibilidad de gastar y tener un déficit algo mayor como contrapartida, para que en los períodos de bonanza se ahorre más. Y esto es como la vieja parábola de las vacas gordas, cuando ahorramos para usar en períodos de las vacas flacas. Esto mismo hacen las familias y deben hacer los países, no gastarse todo. La construcción de esta institucionalidad, una macroeconomía sana, tener tasas bajas de inflación, una conducción fiscal responsable, sin dudas que ayuda a este país. Ahora hay que poner el acento en cosas como la infraestructura pública, y en la medida de lo posible en la calidad de educación en todos los niveles.

DEUDA PÚBLICA

-Hay voces de preocupación sobre el nivel de endeudamiento del país, que creció en mayor proporción que durante otros períodos...

-Es un tema que lo estuvimos observando, y la mitad de la emisión de deuda pública, los US$ 600 millones de emisión, va a cumplir compromisos de pago de pasivos. Entonces, es deuda bruta que dentro de poco va a bajar y va a quedar en el mismo nivel de deudas. Es una suerte de manejo de pasivos. La otra mitad va a financiar inversiones en infraestructura pública. Con los actuales niveles de deuda pública, inferiores al 20% del PIB, me parece que ha sido responsable lo que se hizo. Obviamente, en el tiempo, si en el país llegara a haber déficis fiscales elevados, e incrementos adicionales y fuertes de la deuda pública, había que mirar no solo el valor de esta deuda, sino la trayectoria de la deuda. Hay que estar atentos. Entiendo que las preocupaciones que se han expresado en algunos casos tiene que ver con un posible deterioro de las cuentas fiscales a largo plazo, pero creo que eso, con una regla fiscal y con la Ley de Responsabilidad Fiscal, es mucho más difícil que ocurra ahora, de lo que ha sido en el pasado en Paraguay. Esos temores me parecen infundados.

-¿La segunda mitad de un período de gobierno es un tiempo más difícil para hacer los cambios que un gobierno pretende?

-Lo que veo es que más allá de los temas políticos, que no domino, hay una genuina voluntad de seguir avanzando en temas de largo plazo para el país, como la institucionalidad fiscal. Por ejemplo en este mejoramiento de la regla fiscal, en la creación de un Consejo Fiscal Asesor, en la creación de un fondo soberano, son temas de largo plazo. No son temas que reditúen probablemente en el corto plazo, pero sí me parece importante haber visto esta intención de mantener un trabajo. Le comento que estuve reunido con tres senadores en el Congreso, conversando con estos temas, y vi buena disposición por parte de ellos a este tipo de iniciativas. Así que creo que ojalá que se pueda seguir avanzando con consensos amplios, porque los temas de interés del país, deben ser abordados con consensos amplios. Ojalá que se entienda que quien quiera que sea el próximo gobierno, el país continúa, a los paraguayos les interesa que las cosas se sigan haciendo bien y mejor de lo que se están haciendo. Para eso hay que construir en el tiempo. Imagínese que se presenta un proyecto de readecuación de la Ley de Responsabilidad Fiscal, que se discutirá y con suerte este año o el próximo se aprueba. Queda ya muy poco de este gobierno para aplicarlo; sin embargo se está pensando en el largo plazo. Me parece que esa visión, de estar pensando en mejorar la infraestructura del país y generar institucionalidad me parece positivo, y ojalá que se pueda seguir trabajando hasta el último día así.

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