Por Bernt Entschev

Fundador de Bernt Entschev Human Capital

La forma de trabajo cambia a través de los tiempos. Hasta hace algunos años, la producción en grupos era considerada el modelo más moderno. No lo es más. La evolución de los medios de comunicación, de la telefonía y de Internet permitió un crecimiento exponencial de los trabajos remotos. Se trabaja para cualquier empresa del mundo, estando en cualquier país y en cualquier lugar. Muchas veces, en home office, u oficina en casa.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Según datos divulgados por la Sociedad Brasileña de Teletrabajo y Teleactividad y publicados en un reportaje del diario O Estado de São Paulo en el 2015, se calcula que el 32,5% de la población económicamente activa actúe en home office, siendo 12 millones de brasileños.

No estamos hablando sólo de emprendedores o profesionales liberales, más recordados cuando pensamos en el trabajo en home office. Muchas empresas están dándose cuenta de las ventajas de mantener empleados remotamente. Los cargos de vendedores y representantes comerciales son los que naturalmente se adaptan a este modelo, pero cada día surgen nuevas posibilidades. Por ejemplo, tengo un sobrino que trabaja en Curitiba para una empresa cuya matriz está en Atlanta, Estados Unidos. La supervisión es hecha totalmente online. En una gran multinacional norteamericana, hoy 2/3 de los empleados están fuera de las oficinas.

Para la empresa, esto representa una economía considerable de infraestructura, equipos y mobiliario. Y si el empleado tiene el perfil e incentivos correctos, el rendimiento puede ser el mismo, o incluso, mayor.

Quien trabaja en home office tiene a su favor la flexibilidad de tiempo; la posibilidad de conciliar el trabajo con la vida familiar y social. Pero, las personas deberán tener determinado perfil para trabajar solas. Ser más autónomas, con alta resiliencia y capacidad de administrar tareas. Aún haciendo el trabajo en casa, no quiere decir que merezca menos atención o esfuerzo. Nada de trabajar de pijama. Es necesario mantener un ritual para diferenciar las actividades domésticas de las empresariales.

Antes de aceptar un trabajo en home office, el profesional debe preguntarse si tiene el perfil para trabajar sólo. Del mismo modo, le cabe a la empresa identificar las características del empleado para no perder productividad.

Déjanos tus comentarios en Voiz