Por Carlos M. Giménez
Creador de canciones imperecederas como "Soy de la Chacarita", "La Chuchi", "Despertar", "Dos trocitos de madera" o "El ejecutivo", entre otras obras; el gran Maneco Galeano (1945-1980) figura en Autores Paraguayos Asociados (APA), con su nombre real: Félix Roberto Galeano Mieres, en una planilla de "Socios Fallecidos"… Una categoría que no existe en sus propios estatutos sociales; de hecho, Maneco nunca se asoció, y el movimiento del Nuevo Cancionero Popular Paraguayo, que impulsó a fines de los años 60, enarboló la resistencia cultural al gobierno del general Alfredo Stroessner (1954-1989), y al brazo cultural de la dictadura que representaba la entidad de autores, creada en julio de 1951.
El hermano y también compañero musical de Maneco Galeano, José Antonio Galeano, quien sigue manteniendo viva la llama del grupo Sembrador, que fundaran en 1973 (a pesar de que en octubre pasado lamentara la pérdida de su director musical, Jorge Garbett); relata sobre la relación del innovador movimiento musical paraguayo respecto a APA, así como su opinión sobre la cuestionada entidad, cuya administración está siendo investigada por la Dirección Nacional de Propiedad Intelectual (Dinapi), por una serie de presuntas irregularidades.
En la era de Stroessner, APA tuvo como presidentes a Ángel Peralta Arellano, quien fue el primer secretario del dictador; a Enrique Volta Gaona, miembro y secretario de la Junta de Gobierno del Partido Colorado; así como al coronel Cayo Frutos Pane. Entre 1978 y 1993, el actor Críspulo Melgarejo interrumpió la racha de políticos; y luego heredó el cargo a su entonces vicepresidente, Alcides Roa, cantante de Los Hildagos, quien continúa al frente de la entidad, hace ya dos décadas.
-¿Cuándo y por qué surge el Nuevo Cancionero?
-A fines de la década del 60 en el siglo pasado, el continente en general y la región en particular veían florecer una canción con contenido, testimonial, a la que casi despectivamente se la conoció como "canción de protesta". Movimientos tales como la MPB del Brasil, el Canto Popular Uruguayo, el Nuevo Cancionero Argentino y, muy subrepticiamente la Nueva Trova Cubana, encendieron las ganas y los sueños de los dos propulsores principales del Nuevo Cancionero Popular Paraguayo: Maneco Galeano y Carlos Noguera. Los Festivales de Música Nueva, auspiciados por el CCPA en su entonces "Sala de las Américas" y la posterior apertura del local de peñas "La Guarida del Matrero" sirvieron de cuenco a aquellas inquietudes y empezaron a llegar las canciones. Obras tales como el "Canto de Esperanza" o "La chuchi", del año 1970, fueron la punta de lanza del que, andando el tiempo, sería el más trascendente y claro movimiento de resistencia cultural contra la dictadura del general Stroessner.
-Desde un principio, ¿cómo fue la relación de APA con el movimiento?
-Referir tan solo que cada 3 de noviembre, APA rendía pleitesía a Stroessner en la "fecha feliz" de su cumpleaños y nosotros denunciábamos con música y poesía las atrocidades de la dictadura y nos oponíamos frontalmente a ella, es inequívoco indicador de que APA y nosotros estábamos claramente enfrentados.
-¿Intentaron asociarse y/o registrar sus canciones?
-De ninguna manera. Por aquellos años APA no era, de modo alguno, interlocutor que mereciera nuestra confianza: el general Stroessner era Presidente Vitalicio de la entidad.
-El control que ejercía APA a través de sus inspectores, ¿propició alguna vez que fueran detenidos, o suspendido uno de sus recitales?
-Para decir verdad, APA como tal no. Pero sí era intimidatorio el hecho de que al bajar del escenario nos pidieran detalles de las canciones que habíamos interpretado, casi siempre acompañados de agentes policiales, lo cual dio calce más de una vez a que nos burláramos consignando cualquier cosa…
-Hubo cierta etapa en que se impuso la interpretación de música tradicional paraguaya, ¿cómo les afectó?
-Nosotros asumimos más temprano que tarde que nuestra música era transgresora y constituía un hecho político. Ergo, aquella absurda imposición no nos afectó para nada, porque estábamos acostumbrados a "incumplir normas tontas".
-La transición de la presidencia de APA, de Críspulo Melgarejo a Alcides Roa, ¿supuso una apertura inmediata a los nuevos compositores?
-Como APA no existía para nosotros, no sabría precisar si hubo o no cierta apertura hacia nosotros. A la distancia, posiblemente fue un error no procurar incidir participando, pero entrar en el juego de APA, en tiempos de Stroessner, un brazo cultural de la dictadura, hubiera supuesto una claudicación que no estábamos en condiciones de encarar o tolerar.
-Maneco Galeano figura en una lista de "Socios Fallecidos", ¿se había registrado él mismo, por cuenta propia?
-Maneco no se asoció jamás a APA. Yo había iniciado gestiones para asociarlo a la SGAE (Sociedad General de Autores de España). Y no me consta que sus hijas hubieran registrado sus obras. Sí sé que ellas han cobrado regalías por la grabación de las canciones de su padre. Hasta ahí puedo responder en referencia a la obra de mi hermano.
-Maneco suena siempre vigente con varias obras… sin embargo, ¿parecen no siempre tan correspondidos los montos que se pagan por sus regalías?
-Definitivamente, creo que esos montos son exiguos comparados con cuanto se difunde o se ha grabado de Maneco. Y sería motivo de una interesante investigación que podría develar alguna o varias de las ilicitudes que hoy están aflorando.
-¿Quiénes son los herederos de Maneco? ¿Fue presentado un oficio judicial a APA?
-Las herederas son sus hijas. Una de ellas, Viviana, lamentablemente fallecida hace poco más de un año, era la encargada de percibir los haberes que APA pagaba por la obra de su padre. En cuanto a la presentación de un oficio judicial, definitivamente no se ha presentado nada.
-¿Qué opinás de la situación actual que atraviesa APA, con la investigación administrativa de Dinapi, su rebeldía a la regulación estatal, sus estatutos, y miembros de su directorio que aún reinvindican a la dictadura?
-Considero lamentable, si bien los manejos torcidos y los entuertos en APA son de vieja data y casi un "secreto a voces". La resistencia que oponen sus directivos a ser controlados no puede sino expresar con palmaria claridad que tienen mucho que esconder. La regulación estatal, mientras sea ajustada a la Constitución y las leyes, no puede sino ser bienvenida, más todavía cuando por imperio de la misma ley, una institución como APA recauda millones. En cuanto a sus estatutos, los mismos son casi decimonónicos y claramente inconstitucionales, y deben ser revisados y reestructurados. En cuanto a que algunos reivindiquen a la dictadura, no me resulta extraño porque APA, por definición, siempre fue stronista. Pero sí me parece terriblemente antidemocrático.
-¿Cómo creés que debería ser APA?
-APA, con todos los medios que posee, debiera ser una entidad modelo, contemporánea, transparente y definitivamente ocupada del bienestar de sus asociados.
Debiera propender a ser inclusiva, sin establecer distingos ni colocar etiquetas, entendiendo que el concepto de "música paraguaya" no se agota en la polca y la guarania. Y por aquello que nos legó como recado Artigas, "Con la verdad no ofendo ni temo", debe ser capaz de estar permanentemente abierta a rendir cuentas y mostrar su gestión, a la luz del día.