Buenos Aires, Argentina. AFP.

El modelo argentino es ahora pro-mercado, la antítesis del gobierno de centroizquierda 100 días atrás, al realinear el presidente Mauricio Macri al país con las grandes potencias, sin disipar aún las dudas sobre la angustia social por la caída de ingresos.

Un reparo de consultoras internacionales cuando Macri asumió la presidencia el 10 de diciembre era si podría solucionar el pago a los fondos especulativos con un Congreso en la oposición. Pero en un gesto de moderación, los legisladores le están dando luz verde.

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Macri arrasó enseguida con las restricciones cambiarias existentes y el peso se ha devaluado casi 35% desde que asumió, lo cual dañó los salarios de millones de trabajadores.

También reinaba escepticismo sobre su manejo del enojo social que causarían las medidas duras que golpearían los bolsillos ciudadanos: despidos en el sector público y privado, y una inflación en alza.

Volver a endeudarse

El Congreso aprobó esta semana que acaba, su preacuerdo para tomar fondos por 12.500 millones de dólares para saldar deudas cash a los vencedores del juicio en Nueva York. La oposición se fracturó. Diputados del kirchnerismo de centroizquierda apoyaron la ley de pago y a ellos se sumaron otros gobernadores y legisladores.

"Los cien días de Macri en economía muestran coherencia con sus anuncios electorales y celeridad en la ejecución, en temas como el levantamiento del cepo (cambiario), la eliminación de las retenciones (al campo y las importaciones) y el acuerdo con los holdouts", dijo a la AFP Rosendo Fraga, consultor político.

En el 2015, el déficit fiscal fue de más de 5%. Ahora hay caída del consumo e inflación de más de 8% en los dos primeros meses del 2016. El pacto con los buitres "crea las condiciones para que Argentina acceda a los mercados de crédito privados", apuntó Fraga.

También arrancan elogios los giros en política exterior, sobre todo su acercamiento a Washington, en clara oposición al desinterés por alimentar ese vínculo de los ex presidentes de centroizquierda Néstor y Cristina Kirchner (2003-2007; 2007-2015).

Pero el talón de Aquiles sigue siendo la inflación, un karma argentino que prometen bajar a un dígito, pero que en 100 días parece más descontrolado que los dos últimos años. Lo que el partido oficialista llamó "sinceramiento" económico, sus detractores lo consideraron "ajuste".

Macri encendió la polémica con la designación por decreto de emergencia de dos jueces en la Corte Suprema. Implementó un polémico protocolo policial contra cortes por manifestaciones, aunque la gente estaba cansada ya de esas protestas.

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