El único sobreviviente de la primera comisión directiva de APA, relata cómo ocurrió la descomposición de la entidad desde la época de la dictadura.

Al ingresar al edificio de APA, una placa recuerda que se adquirió el 2 de julio de 1955. Eternizado en bronce figura el nombre de Florentín Giménez, miembro del primer directorio de la entidad, y hoy único superviviente de la selecta mención de fundadores. Despedido en dos ocasiones de la sociedad, y ninguneado por la administración actual; el maestro, que acaba de cumplir 91 años, conoce mejor que nadie la historia de APA en primera persona.

"Como Sadaic se había creado en 1934, por ahí, todos los paraguayos que estaban en Buenos Aires en esa época se asociaron a Sadaic, y poco a poco toda nuestra música pasaba a Argentina. Y surgió la idea de crear la sociedad de autores paraguayos. Ahí estuvieron muchos valores de esa época", recuerda Giménez, citando a Mauricio Cardozo Ocampo, César Medina, Aniceto Vera Ibarrola, Carlos Lara Bareiro. Giménez tenía 26 años cuando el 1 de julio de 1951, se fundó Autores Paraguayos Asociados. "Se trabajó intensamente y se consiguió con una colaboración muy importante de Alfonso Capurro, que era un abogado que manejó en esa época la fundación de AFA (Asociación del Fútbol Argentino), y era un hombre muy respetado en el ámbito judicial; y era muy amigo de los músicos. Su hija era bailarina. Entonces él nos ayudó muchísimo y logramos la ley. Se fundó APA, y en el primer directorio, como yo era muy famoso con mi orquesta, Florentín Giménez y su Típica Moderna, integré la primera y la segunda comisión directiva. Ahí vino el cambio de los aventureros, que a toda costa querían tomar APA, del ámbito político".

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"Estaba aquel colorado pynandy (Enrique Volta Gaona), era muy famoso, no era músico, pero tenía alguna letrita barata. Entonces pidieron la intervención de APA. A los 5 años ya habíamos comprado esa casa donde está ahora, ya era local propio. Terminó la intervención y no había nada, pero el objetivo no era eso, si no tomar APA. Desde ahí vino la descomposición: él entró como presidente, y siguió una cantidad de gente, entre ellos estuvo Juan Bernabé de presidente, porque escribió dos letritas, era radialista. Desde ahí ya no se pudo arreglar APA". Giménez recordó la elección de Críspulo Melgarejo, proveniente del teatro, en un intento por distanciar a políticos de la presidencia, pero éste se mantuvo de 1978 a 1992; y le entregó el cargo a actual titular de APA, Alcides Roa.

El maestro se radicó en Buenos Aires por cuestiones políticas, y en ese viaje se asoció a Sadaic. Regresó a Paraguay en 1970, y en 1977 le reinscribieron en APA. Ya en los '90, con 400 obras cobraba G. 4 millones por cuatrimestre; pero supo que un desconocido se arrimó a la ventanilla y cobró G. 7 millones. Molesto por las irregularidades, retornó a Sadaic en 2004, donde ya tenía la antigüedad para jubilarse. El año pasado, al cumplir 90 años, Giménez quiso volver a APA, pero no le facilitaron los trámites. Aunque hoy tiene 800 obras, la entidad paraguaya le envía solo G. 500 mil al año; mientras que en Sadaic llega a cobrar poco más de G. 10 millones.

"En una de las asambleas de APA, que me molestó tanto, no rindieron ellos la cuenta de la recaudación del exterior. No puede ser eso. En Sadaic, APA se considera como la más corrupta de toda América", opinó. "Creo que tiene que renunciar esta gente y tiene que tomar una nueva comisión, y una intervención, y que la intervención encamine otra vez".

Fuente: Espectáculos La Nación.

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