Brasilia, Brasil. AFP.

La crisis que sacude al gobierno brasileño arreció el miércoles cuando el juez Sergio Moro liberó el audio de una conversación interceptada entre "Lula" y Rousseff, en la que la mandataria le informó que le enviaba el decreto de su nombramiento para que pueda "usarlo en caso de necesidad". Investigadores estiman que la presidenta quería proteger a "Lula" de una eventual orden de prisión.

La presidencia brasileña explicó que la conversación filtrada remitía a una consulta sobre la necesidad de hacerle llegar a "Lula" el documento de su nombramiento para que lo firmara, dado que no estaba seguro de poder asistir a la investidura prevista para el jueves. La Presidencia anunció además que adoptará "todas las medidas judiciales y administrativas pertinentes para reparar una flagrante violación de la ley y la Constitución" por parte del juez Sergio Moro, a cargo del caso Petrobras, "autor de la filtración".

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En San Pablo, miles de personas se congregaron al grito de "Renuncia, renuncia" al pie del rascacielos iluminado con los colores verde y amarillo de la bandera nacional, donde tiene su sede la poderosa Federación de Industrias del Estado de San Pablo (FIESP). "Vine en cuanto me enteré de la grabación. He estado en todas las manifestaciones y esto es el fin de "Lula". Rousseff debe renunciar y "Lula" ir a la cárcel", dijo Waldney Carminagni, un ingeniero de 65 años vestido con la camiseta de la selección brasileña, ya convertida en uniforme de los manifestantes opositores. Pequeñas manifestaciones a favor y en contra de "Lula" se realizaron a las afueras de su casa en São Bernardo do Campo, en el cinturón industrial de San Pablo.

Más de tres millones de personas se manifestaron el domingo pasado en varias ciudades de Brasil para pedir a partida de Rousseff.

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