La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) lamentó el domingo las "condiciones invivibles" del campo improvisado de Idomeni, donde más de 14.000 refugiados esperan la reapertura de la frontera entre Grecia y Macedonia, cerrada desde hace una semana. "La miseria humana ha llegado a un punto máximo en Europa, las condiciones en Idomeni son invivibles", señaló a la AFP Babar Baloch, un portavoz del ACNUR en el lugar. "Difícilmente se puede imaginar hasta qué punto se deteriora la situación todos los días con la lluvia, la gente sufre", agregó.
Unos 12.000 migrantes y refugiados se hacinan actualmente en el campo de Idomeni, según datos oficiales griegos. Pero otros centenares acampan también en los alrededores, unos 2.000 según las ONG.
Las condiciones de higiene son particularmente malas, los baños están inundados y decenas de niños tuvieron que ser hospitalizados en los últimos días por el frío, problemas respiratorios y otros virus. Una niña siria de nueve años aquejada de hepatitis A fue ingresada en Tesalónica, anunció el Centro de Prevención de Enfermedades (Keelpno). Dadas las pésimas condiciones, centenares de refugiados comenzaron a regresar a Atenas, donde se les dirige hacia centros de acogida u hoteles. Sin embargo, nuevos grupos de refugiados llegan cada día a Idomeni con la esperanza de que se reabra la frontera.