Del total de recluidas, apenas el 37% (166) tiene condena. No obstante, esta cifra está muy por encima del promedio que se mantiene en las demás penitenciarías paraguayas, que llega al 22%. Debido a la superpoblación en este penal, el Ministerio de Justicia decidió clausurarlo en junio del 2015 para evitar que más internas sigan ingresando y que el hacinamiento sea mayor.
Al igual que Tacumbú para los hombres, Buen Pastor es el principal centro de reclusión para mujeres en Paraguay. Sus rejas guardan historias de mujeres excluidas, en muchos casos, por un sistema que les privó de tener una mejor preparación. Si bien no se tienen cifras exactas, una gran parte de la población penal femenina está privada de su libertad por posesión de drogas o por haber estado involucrada en microtráfico de estupefacientes.
OBJETIVO DE LA INSERCIÓN
Desde el Ministerio de Justicia señalaron que el proyecto con Buen Pastor es principalmente instalar programas que apunten a la reinserción en la sociedad de las internas. Actualmente existe un plan piloto que se está desarrollando en esta cárcel, denominado "Ikatu, Ñandejára oî chendive", que consiste en un acuerdo interinstitucional entre el Ministerio de Justicia, la Fundación Santa Librada, el SNPP y el Sinafocal, para brindar asistencia laboral, en este caso, a mujeres que están en la cárcel por tráfico de estupefacientes o drogas peligrosas. Otro programa que actualmente se está desarrollando en el penal tiene que ver con un proyecto de manualidades, reciclado y costura, que se realiza en junto con la Fundación Princesa Diana. Según el MJ, actualmente 150 internas están dentro de este proyecto.
BUEN PASTOR, DESDE ADENTRO
Lucía Sandoval estuvo más de tres años encerrada en el Buen Pastor –fue detenida por haber asesinado a su esposo durante una pelea, pero en juicio finalmente se comprobó que la misma actuó en defensa propia– y comentó a La Nación que la vida es muy dura dentro del penal, sobre todo porque muchas de las mujeres no saben cómo siguen sus procesos ante la extremada lentitud que muestra la Justicia. "En cuanto a la capacidad del Buen Pastor hay una superpoblación. Creo que actualmente no están aceptando más internas, se están remitiendo a otras penitenciarías. Está ocurriendo lo mismo que en Tacumbú. El problema es que los procesos judiciales son muy lentos. Yo estuve 3 años y 7 meses esperando mi juicio para salir absuelta. Pude haber salido muchísimo antes. Mi juicio se suspendió tres veces, al igual que mis audiencias anteriores", señaló Sandoval.
Seguidamente, comentó que existen casos donde las audiencias se suspenden unas 20 veces. "Generalmente, las que están privadas de su libertad, el 80% están por microtráfico. Eso hace que difícilmente sean absueltas, salen con una condena. Se les puede dar otras medidas porque hay personas que están por dos gramos de marihuana y son personas de la tercera edad, tienen casi 70 años", expresó la mujer, que hoy día apunta a rehacer su vida.
SITUACIÓN PENAL EN PARAGUAY
El problema penitenciario paraguayo, que La Nación viene abordando desde el martes último, muestra la peor cara de la justicia local. Actualmente, el sistema registra a un total de 12.200 internos, de los cuales el 78% (9.500 internos, entre hombres y mujeres) está sin condena, situación que se da porque este grupo de personas no cuenta con recursos financieros para que sus causas avancen.
Así, mientras estos 9.500 reos en todo el país están olvidados en los "depósitos humanos" que son las cárceles, otro grupo de privilegiados paraguayos, como políticos y empresarios, pueden sortear las penitenciarías a pesar de ser investigados por millonarios desfalcos contra el Estado.
CAUSAS DEL PROCESO
En el informe más actualizado sobre la población penal que hizo el Ministerio de Justicia, que abarca los años 2013 y 2014, aparece un censo y una serie de encuestas que hicieron profesionales para determinar en qué situación académica, de salud y económica se encontraban los internos en las cárceles paraguayas y cuáles eran las causas que los tenían privados de libertad.
En ese sentido, el estudio recabado dentro de este trabajo señala que el 22% de los 9.249 internos que fueron abordados dijeron estar en la cárcel por robo agravado, que es el porcentaje más alto de quienes confesaron sus causas. Sin embargo, un 49% (4.612 internos) prefirió no declarar cuál era el motivo de su detención en la cárcel.
En segundo lugar con el mismo porcentaje aparecen hurto y robo, y más atrás ya está el tráfico de drogas con el 3% (311); homicidio, que tiene también 3% (295) y con apenas 1% los casos de tenencia de drogas (101), homicidio doloso (107) y tentativa de homicidio (75).