El líder socialista español Pedro Sánchez recibió este miércoles duras críticas, especialmente de la izquierda, durante el debate de investidura en un parlamento transformado por la entrada de los partidos emergentes, que se disponía a votar muy ampliamente "no" a su candidatura.
Sánchez, exprofesor de Economía de 44 años, secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), recibió el encargo del rey de intentar formar gobierno.
Con 90 diputados, su formación fue segunda en las legislativas de diciembre, pero el líder de la primera fuerza, el jefe del gobierno saliente Mariano Rajoy, del conservador Partido Popular (PP, 123 diputados), no quiso intentarlo por falta de apoyos.
Esos comicios pusieron fin a décadas de bipartidismo PP-PSOE, con la irrupción de dos formaciones impulsadas por la indignación popular ante la austeridad y la corrupción: Podemos (izquierda radical, 65 diputados) y Ciudadanos (centroderecha, 40).
Así, 211 de los 350 diputados son nuevos, muchos de ellos jóvenes y algunos con un estilo poco convencional que simboliza el rechazo de numerosos españoles a la clase política tradicional.
'Candidatura irreal'
Tras un mes de negociaciones, Sánchez sólo logró el apoyo de Ciudadanos, con quien está lejos de sumar los 176 votos necesarios para su investidura este miércoles, condenada por lo tanto al fracaso.
La suya es "una candidatura ficticia, irreal", le lanzó Rajoy.
Y acusó a Sánchez de querer "liquidar lo que se ha hecho en España a lo largo de cuatro años, que ha servido entre otras cosas para que este país no fuera rescatado, no cayera en una situación de quiebra", recordando que la crisis estalló bajo el anterior gobierno socialista.
España salió en 2014 de cinco años de recesión o crecimiento nulo y su economía creció 3,2% en 2015. Sin embargo, el desempleo, gran drama social del país, sigue en 20,9%.
Pero los ataques más duros le llegaron desde el flanco izquierdo.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, un politólogo de 37 años que subió a la tribuna sin corbata y con su habitual cola de caballo, reprochó a Sánchez su "capitulación" ante las políticas liberales de Ciudadanos.
"Reivindique la política como el arte de cambiar las cosas y no como el arte de pactar para que todo siga igual", le fustigó. Y lo acusó de preparar "cócteles de distintos sabores" en referencia a las diferentes propuestas del socialista a partidos de izquierda y derecha en su esfuerzo por sumar apoyos.
Considerando el acuerdo del PSOE con Ciudadanos contrario a lo que estaba negociando con Podemos, el partido de Iglesias se retiró de la mesa de diálogo hace una semana. Le siguieron otras formaciones de izquierdas menores.
'Obedecer a los oligarcas'
"Negocie con nosotros, deje de obedecer a los oligarcas", lanzó Iglesias a Sánchez este miércoles.
"¡Este pacto no es de izquierdas, es un pacto de derechas!", insistió Xavier Domènech, socio de Podemos en Cataluña.
Refutando sus ataques, el líder socialista defendió el carácter "social" del programa presentado ante el Congreso el martes, cuando detalló medidas como las ayudas de urgencia a los más desfavorecidos en lugar de concesiones al centroderecha como mantener el abaratamiento del despido.
Como la víspera, volvió a apelar a Podemos para que vote "sí" a su candidatura o al menos se abstenga.
"Los ciudadanos nos miran esperando soluciones (...) el fracaso, señores, no es una opción", insistió su socio de Ciudadanos, Albert Rivera, un abogado de 36 años.
El líder socialista en principio se someterá a una segunda votación el viernes, en la que ya no necesitará mayoría absoluta, sólo mayoría simple. Pero si nadie cambia su posición, tampoco debería conseguirla.
Sánchez fue también duramente atacado por su negativa a negociar un referéndum sobre la independencia de Cataluña, al que él y Rivera se oponen tan férreamente como Rajoy.
"Lo que hemos visto hasta ahora es una mala copia del estilo del señor Rajoy", aseguró el independentista conservador Francesc Homs. Y el izquierdista catalán Joan Tardà advirtió que su gobierno regional avanza ya en el camino hacia la separación, mientras España se debate por formar gobierno.
Si dentro de dos meses ni Sánchez ni otro candidato logró ser investido, deberán convocarse nuevas elecciones, en principio el 26 de junio.