Chile anunció este lunes un ajuste fiscal de 540 millones de dólares, equivalentes al 1% del presupuesto de la Nación 2016, por menores ingresos tras una caída en el precio del cobre, asegurando que no se tocarán los programas sociales. Primer productor mundial de cobre –con casi un tercio de la oferta mundial– Chile ha resentido sus ingresos fiscales por una caída en el valor mundial del metal más profunda de lo previsto, junto con un entorno económico global también más adverso. "La presidenta (Michelle Bachelet) nos ha instruido que realicemos un ajuste de 380.000 millones de pesos", equivalente a unos US$ 540 millones, anunció el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, al final de un Consejo de Gabinete. El recorte es equivalente a una rebaja del 1% del presupuesto fiscal aprobado por el Congreso chileno, en el que se estimaba una expansión del gasto público de un 4,4%.
El presupuesto fue elaborado bajo una proyección del valor internacional del cobre de 2,98 dólares por libra, la que fue corregida a 2,57 dólares por libra, en medio de un escenario de desaceleración de la economía China, la mayor compradora mundial del metal. La revisión a la baja de la estimación del precio del cobre significa una pérdida de ingresos de 1% del PIB, que se ve compensado por una mejor recaudación fiscal equivalente a un 0,7% del PIB tras la implementación de una reforma tributaria, explicó Valdés. "Es un ajuste moderado, que nos permite proteger el gasto que a la gente más le impacta, que es el gasto social", aseguró el ministro. La rebaja no tocará el gasto social ni el presupuesto de salud. Tampoco al funcionamiento del Congreso o el Poder Judicial. "No queremos afectar en nada lo que los ciudadanos reciben", afirmó el ministro, en momentos que se implementa una compleja reforma educacional por parte del gobierno de la socialista Michelle Bachelet, su principal proyecto que busca asegurar la gratuidad universal.
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Recuadro
Gobierno asegura el gasto social
"Los programas que van en beneficio directo de la calidad de vida y de la protección de las familias son lo más importante y si hay que hacer ajustes es precisamente para asegurar que esos beneficios no se vean afectados por la desaceleración de la economía", afirmó por su parte la presidenta Bachelet.
El 71% del recorte anunciado este lunes corresponde a gastos corrientes y el resto a gastos de capital, según explicó Valdés. Se recortarán, por ejemplo, recursos destinados al pago de horas extras de los funcionarios públicos, contratación de estudios y renovación de vehículos fiscales, entre otros ítems.
También se afinará el presupuesto de inversión pública. "Es necesario recalibrar la trayectoria del gasto público para cuidar la sostenibilidad fiscal", advirtió Valdés, preocupado del aumento del déficit fiscal, que en el 2016 habría cerrado en 2,2% efectivo y que en el 2016 se espera se incremente a 3,3%.