El presidente boliviano Evo Morales pidió ayer a familiares de su ex pareja Gabriela Zapata, detenida por tráfico de influencia, que le permitan conocer al hijo de ambos, a quien creía hasta ahora muerto. "Evidentemente hubo una divergencia sobre el fallecimiento del bebé. Yo creí en las palabras y a la información de la madre de mi hijo, no creo que falsamente me haya dicho que ha muerto el bebé", dijo Morales ante la prensa en el presidencial Palacio Quemado. "Pido a la familia de Gabriela Zapata, que me lo traigan, quiero recogerlo, si me permiten. Tengo derecho a verlo, a conocerlo y a cuidarlo".
Una tía de Zapata reveló la semana pasada que el menor vivía, en una entrevista con un canal local. "Si no aparece el niño, tengo la obligación de acudir ante las instituciones, como juez del menor, para que se investigue este hecho", aseguró Morales, quien desde que se destapó esta versión ha insistido en que Zapata le dijo que el bebé falleció poco después de nacer, cuando la pareja empezaba a separarse en el 2007. La relación entre el mandatario, de 56 años, y Zapata, de 28, fue revelada a inicios de febrero por un periodista boliviano causando una gran polémica en el país. Entonces, también divulgó que habrían tenido un hijo. Zapata fue hasta hace poco gerente de la empresa china CAMC, que se adjudicó millonarios contratos con el Estado, en un presunto caso de tráfico de influencia que golpeó la imagen del gobernante y desencadenó su derrota en el referendo donde buscaba ser habilitado para una cuarta reelección consecutiva (2020-2025). Zapata está detenida desde el viernes por una investigación gubernamental por enriquecimiento ilícito.