Por Shaun Tandon. Los Angeles, Estados Unidos. AFP.
En medio de la tormenta que sacude los Óscar por la ausencia de minorías, los Grammy reciben este lunes como favorito al rapero Kendrick Lamar, una de las figuras más relevantes de la música en su denuncia al racismo de la sociedad estadounidense. Lamar, de 28 años, acudirá a la gran fiesta de la industria musical con 11 nominaciones por "To Pimp a Butterfly", que opta a Álbum y Canción del año principalmente. El cantante, nacido en el suburbio angelino de Compton, la cuna del gangsta rap, es el segundo artista que más candidaturas recibe en un año después de Michael Jackson en 1982 con su álbum "Thriller".
Taylor Swift con "1989" y la banda canadiense The Weeknd con "Beauty Behind the Madness" competirán cada uno por siete gramófonos dorados, entre ellos Álbum y Grabación del año.
Lamar ha dejado atrás en su tercer trabajo los sonidos comerciales para centrarse en interludios lentos, en los que destacan los arreglos de jazz del saxofonista Kamasi Washington. Entre todos sus temas destaca "Alright", himno extraoficial del movimiento "Black Lives Matter" (Las vidas negras importan). La letra, escrita por Pharrell Williams, habla de la brutalidad policial con una frase que se repite una y otra vez: "Nigga, we gon' be alright" (Negro, estaremos bien).
La canción "How Much a Dollar Cost", que hurga en el emotivo viaje que Lamar hizo a Sudáfrica, se convirtió en la preferida del presidente estadounidense Barack Obama el año pasado. Ese viaje lo inspiró en un primer momento para hablar de la fama, pero la idea se fue impregnando del movimiento a favor de la comunidad negra, que en el 2014 reactivó sus manifestaciones ante el repunte de los asesinatos de afroestadounidenses a manos de agentes blancos.