La última tierra, ópera prima de Pablo Lamar se alzó con el premio especial del jurado en los

Tiger Hivos Award

, dentro del Festival Internacional de Cine en Róterdam (IFFR). "El logro artístico excepcional en el diseño de sonido" por el que fue destacada la película, pone tanto a la obra como a su creador en la mira del circuito del cine internacional. La

Nación Online

se comunicó con el director que se encuentra en Berlín.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY
Por Natalia Santos (nataliasantos@lanacion.com.py).

Planos fijos con tomas largas. Una luz que cae sobre una cama velada, un cuerpo femenino inerte; una mirada masculina (¿doliente? ¿de reproche? ¿de resignación?), viento, ranas, grillos, madera que cruje, agua. El conjunto sensorial lleva al espectador del trailer de La última tierra, más allá de lo audiovisual; lo envuelve en una atmósfera que plantea preguntas. Tal vez eso que se vislumbra en el corto promocional del trabajo de Pablo Lamar se va ahondando en el filme y fue eso, justamente eso, lo que cautivó al jurado.

-¿Qué significa el premio del Jurado de Hivos Tiger en el camino de La última tierra como película, y en tu camino como realizador?

-El premio es importantísimo, tanto para la película como para mí. Estamos muy contentos porque después de todo el proceso de la peli, ya tener un premio en el estreno es realmente muy motivador . Creo que (la distinción) también genera una visibilidad dentro de la industria que es muy favorable para la distribución. Me refiero a que eso despierta una curiosidad también. A partir del premio nos escribió mucha gente (distribuidores y otros festivales) pidiendo links, con el interés de descubrir la película. Creo que esa es la función principal del premio en términos prácticos, más allá del reconocimiento, que para nosotros es una alegría y un logro después de tanto trabajo. Nos da cierta seguridad de poder soltarle a nuestra película. Lo que más queremos después de procesos tan grandes -sobre todo- es poder seguir haciendo. Los premios son un incentivo y generan confianza también para los próximos proyectos, para con los fondos, para otros productores. Dan muchas ganas de tener pronto un nuevo proyecto en manos, para ya entrar en el circuito nuevamente.

El anuncio del premio del jurado en el Hivos Tiger Awards para La última tierra.
Pablo Lamar, durante la premiación.Foto: IFFR.

OIGO TU CINE

Pablo, quien desarrolló un trabajo más técnico como sonidista en los años en que estudió cine en Buenos Aires, retomó esa labor ahora que vive en Brasil. Al parecer ese interés se traduce en su trabajo de director y le da un espacio importante a lo sonoro en su narrativa. Eso se vuelve un diferencial que ya es notado por los especialistas. A tal punto que el premio para la película guarda relación con ese aspecto, aún cuando el galardón es por su logro artístico y no técnico.

- Destacan tu opción por el sonido "esculpido" y cuidado ¿Considerás que ese es tu sello como director?

-Se habló mucho del sonido de la película. El sonido es algo que me gusta mucho. Sobre todo me gusta mucho la postproducción, que es una etapa bastante creativa. También (me gusta) el sonido directo, pero creo que con lo otro (la labor en estudio) uno trabaja más de cerca en la composición de la película. Por supuesto (el sonido) tiene un peso muy importante en mi película, en los cortos también yo creo, pero acá (en Róterdam) es algo que se destacó bastante. No te diría que (el sonido elaborado) es mi firma como director, es como algo raro que yo esté determinando una cosa así; pero creo que es algo que me importa mucho. Sí me identifico mucho con darle mucha importancia al sonido. Es un premio a la película, dando un destaque como logro artístico al uso del sonido como algo que de alguna manera que no es tan común en otras películas o en otros directores. Como director, le di mucha importancia al sonido en esta peli, yo también hice el diseño de sonido. Me parece que por ese lado también les llamó la atención. Creo que en la película es muy importante también la imagen. Las imágenes son muy fuertes, son imágenes muy compuestas con larga duración y con una luz muy puntual, muy estudiada también. La imagen junto con el sonido generan todo un clima, una atmósfera, que es lo que la película busca. Tiene una narrativa muy atmosférica, muy de clima. Se genera un clima, un estado de ánimo casi. Yo creo que el sonido es muy responsable de esto. El sonido es el que nos toca más de cerca, nos permea, nos llega a alcanzar. La imagen queda un poco más en la pantalla. Es una composición entre las dos cosas.

- La última tierra fue mencionada en un listado entre las 10 mejores películas de la edición de este año del Festival de Rotérdam (http://www.elantepenultimomohicano.com/2016/02/las-10-mejores-peliculas-del-festival-de-rotterdam-2016.html?m=1) ¿a qué creés que se debe esa percepción?

- Creo que el mismo artículo comienza diciendo que es un poco raro hacer un top ten de Róterdam. Sin embargo, me pareció muy interesante el recorte que hizo la persona. No vi muchas de las películas que están ahí. Vi unas dos que son películas que realmente me fascinaron. Se mencionaba en el artículo que (en el listado) había películas más poéticas –no recuerdo como las llamó- pero menos clásicas en sus narrativas. (La autora) habló que algunas eran mas películas de ensayos o poemas visuales. Creo que son películas que lidian mucho más con la imagen en principal y con el sonido, que son elementos más propiamente cinematográficos. A veces lo narrativo mas clásico usa elementos más de historia que pueden estar más ligados a la literatura. El cine se alimenta de todo. No es que ninguno sea peor o mejor que el otro. Creo que el encuadre (del Top ten) tenía que ver con películas que se enfocaban en la imagen y elsonido. Me pareció muy lindo estar entre esas 10 pelis, las que vi son películas geniales. Así que es un honor.

Ramón del Río, en La última tierra.

ESPACIO EXISTENCIAL

- En tus cortos, tanto en Ahendu nde sapukai como en Noche Adentro, hay un silencio (de palabras), cargado con una espesura de sonidos de ambiente. ¿Ese es el Paraguay de tu imaginario?

-En cuanto a la referencia que hacés a mis cortos y el imaginario medio paraguayo de esa espesura sonora, no lo veo como algo necesariamente ligado a Paraguay, pero curiosamente hasta ahora solo conseguí filmar en Paraguay. La decisión de no tener diálogo y priorizar este tratamiento sonoro a partir de ambiente y de elementos naturales o del entorno o que tengan que ver con la escena, pero que acaben despegando un poco de la escena, no creo que tenga que ver directamente con Paraguay. Mi imaginario está ligado a Paraguay de alguna manera, pero de una manera un poco más poética . Creo que en este caso (La última tierra) para mí se trata también un poco de poder construir mucho la película. Poder construir en un sentido de no tener verdaderamente un realismo. En los cortos también se ve eso, son casi fábulas. En este caso hay una búsqueda muy grande a la hora de componer el sonido cuidadosamente. Tener muchos elementos, pero cuidar que no se repitan los elementos. Eso se da también con la imagen al ser tan compuesta, tan estudiada. Con la luz por ejemplo (al usar una sola fuente) se da una cosa más pictórica, tratando de sacar un poco realidad. (La intención es) no hacer una película realista, permitir una lectura más poética sobre las escenas, sobre la historia en sí.

- ¿Y la negación de la palabra?

-Mencionaban mucho que llamó la atención de que no haya diálogos, pero para mí no es tampoco una enorme novedad eso. Tampoco tiene un sentido muy político sobre mi visión sobre Paraguay tampoco. Creo que tiene que ver -en este caso- con una cuestión más simple: la mujer muere, y el hombre ¿con quién va a hablar? Si bien podría hablar -si fuese otro el tipo de cine que estuviera haciendo podría hablar- pero creo que lo que me interesa a mí narrativamente no está tanto en el diálogo, creo que la fuerza del sonido ambiente, permite al espectador entrar en un clima, en un estado de ánimo. Es como que uno se sincroniza con la película. Esa es la búsqueda en todo momento en relación con el espectador . Es una cosa de sincronizarse, no es tan dictatorial, en el sentido de una película que te atrapa y te lleva por cierta aventura de un personaje de identificación y una catarsis. Existen elementos más clásicos quizás, pero muy borrados. Entrar en el mismo ritmo, en el mismo tiempo, es eso más bien. Por eso tal vez marcaban cierta cosa meditativa que había en la película. Cuando uno medita va entrando en cierta sintonía y eso me parece muy lindo cuando sucede. Es algo que sentí que sucedió con muchas personas que vieron la película y eso realmente es lo más gratificante; ver que funciona algo tan abstracto.

-La fatalidad, la muerte y cómo se paran tus personajes ante ellas están muy presentes en tus trabajos ¿Eso tiene que ver con una incógnita sobre lo finito de la existencia humana, es una fascinación sobre los rituales que acompañan a las despedidas definitivas, o solo tenés interés en mostrar ese ciclo de la vida?

-Sí, la cuestión de la muerte en mis trabajos tiene que ver con lo existencial, con una cuestión que tiene que ver con la vida. Son cosas a las que estamos tan ligados íntimamente. Ese tránsito me interesa. Preguntarse por la muerte tensiona necesariamente preguntarse por la vida. En La última tierra es un solo personaje que pierde a su compañera de la vida y por lo tanto me interesa tenerle en soledad -en un espacio íntimo- para que no se trate de rituales sociales, sino más bien de encontrar cierta ritualización en las acciones de ese momento de suspensión que es el encuentro con la muerte.

Ver más en: https://iffr.com/en/2016/films/la-ltima-tierra

Ver también:

http://www.lanacion.com.py/2016/02/06/pelicula-paraguaya-premiada-en-holanda/

http://www.lanacion.com.py/2016/02/03/la-ultima-tierra-cine-paraguayo-que-se-estrena-en-rotterdam/

Etiquetas: #Cine

Déjanos tus comentarios en Voiz