El niño de 7 años, hijo de Ramón Agustín Quevedo Arce –de 45 años– y Claudia Rossana Guerrero Camacho –de 40 años–, paraguayos asesinados en Uruguay el sábado último, estaría volviendo al país en aproximadamente en 3 o 4 días, debido a que para la Justicia uruguaya se trata del único testigo del brutal crimen y será imprescindible contar con su declaración, por lo que es necesaria una evaluación psicológica que determine si está apto para dicho procedimiento.

La encargada de su traslado será la tía materna y la misma viajó hasta el lugar para acompañar más de cerca el procedimiento junto al sobrino, quien actualmente se encuentra en custodia de la cónsul Estela Armoa. Tanto el menor de edad como el familiar cuentan con medidas especiales de seguridad.

Representantes de la Secretaría de Repatriados informaron que se están realizando todas las documentaciones pertinentes para que el traslado se dé en la brevedad posible, sin embargo, los cuerpos de las víctimas tardarían un poco más en llegar a Paraguay debido a las investigaciones.

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Por su parte, Alcides Albariño, cónsul paraguayo en Uruguay, afirmó que la prioridad en este momento es el niño, por lo que no están abocados en la investigación del asesinato.

Investigación del caso

La policía de Canelones, Uruguay, aún no habla de detenidos, sino de demorados, desmintiendo de esta manera la detención de 8 personas de la que se hablaba al principio. La Interpol también se sumó a la investigación del asesinato de la pareja de paraguayos, caso que en un principio involucraron con el narcotráfico, de acuerdo a los datos proporcionados por la Policía del vecino país.

El vehículo fue registrado, pero no se encontraron drogas ni objetos comprometedores, lo que sí se halló fue dinero uruguayo, dólares estadounidenses y guaraníes, lo que consideran normal teniendo en cuenta que la familia se encontraba de vacaciones.

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