Tras el tiroteo del domingo 31 de enero, que derivó en la muerte de dos efectivos de la Policía Nacional y de uno de los presuntos maleantes, Delio Almada quedó preso en un episodio del que asegura fue un convidado de piedra. El hombre es el papá de la joven asesinada junto con el periodista Pablo Medina en el año 2014.
El juez Martínez recordó que fue imputado por homicidio doloso a causa del enfrentamiento, "por tal motivo, se prohíbe dar medidas alternativas a la prisión en el caso de crímenes", señaló.
A pesar de ello, cumplirá su reclusión en la jefatura de Policía de Salto del Guairá. "Debemos precautelar su vida; sabemos el trasfondo de este tipo de casos", dijo, haciendo alusión a las amenazas de muerte que hay en su contra.
"El fiscal manifiesta que creyó conveniente imputarlo, ya que estuvo en todo momento durante la balacera y estaba en conocimiento en ese sentido (de las actividades de los malvivientes)", indicó el magistrado.
El incidente terminó con las vidas del jefe de Investigación de Delitos de Curuguaty, Ariel Páez, y del suboficial Daniel Villalba. También falleció el supuesto narcotraficante Julio Florentín.
Los investigadores están detrás de Alcides Brítez, presunto autor de los disparos y Lucio Franco Rojas, quienes siguen prófugos. Víctor Teodoro Cantero López, otros involucrados ya están detenido.
Almada contó que él fue junto a Julio Florentín para que le pague 10 millones de guaraníes por una derechera que le había vendido. Florentín le pidió que lo acompañe para encontrarse con un tal Lucio (Franco) en Jejuimí y que allí le pagaría lo adeudado. Se encontraron en la ruta e iban hacia Jejuimí cuando la camioneta Mitsubishi en la viajaba el tal Lucio quedó atascada en el barro, Florentín bajó a auxiliarlo y en ese instante aparecieron dos personas gritando "¡Alto, policía...!" y comenzaron a abrir fuego.