Bajos niveles de Vitamina D en la niñez están relacionados con un mayor riesgo de desarrollar accidentes cerebrovasculares en la adultez

Según un nuevo estudio publicado en una revista internacional "The Journal Clinical Endocrinology & Metabolic", niveles bajos de vitamina D en la infancia están relacionados con un mayor riesgo de padecer accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos en la edad adulta.

Un billón de personas en todo el mundo sufre de deficiencia1, incluso en países como Paraguay con alta exposición al sol la cual es la fuente principal de producción de esta vitamina en nuestro cuerpo.

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En Finlandia fueron controlados desde 1980 hasta 2010, un total de 2.148 niños y jóvenes -1.187 mujeres y 961 hombres- de 3 a 18 años.

El objetivo era generar evidencia científica que pudiera ser aplicada mundialmente y que determinara la relación entre los bajos niveles de Vitamina D en la niñez y el engrosamiento de la arteria carótida en la edad adulta.

Luego de décadas, la Sociedad de Endocrinología2 la publicó online3. Concluyen mencionando que los participantes con los niveles de vitamina D en el cuartil más bajo durante la infancia tenían una prevalencia significativamente mayor de riesgo cuando eran adultos (Un 21,9% frente a 12,7%).

Por lo que sus investigadores recomiendan una dieta para niños rica en esta vitamina. Buenos niveles de esta vitamina fortalecen huesos, dientes y músculos; previenen cáncer, diabetes, esclerosis múltiple y artritis; disminuyen complicaciones en el embarazo; normalizan la presión arterial y son anti-inflamatorios. Como la presencia en alimentos es escasa y nuestro estilo de vida complica que lleguemos a los niveles recomendados, médicos recomiendan la suplementación4.

Para Recordar:

Deficiencia o hipovitaminosis D

La fuente principal de esta vitamina es la exposición solar. En países como Paraguay, el verano es la etapa ideal del año para aprovechar este recurso natural. Sin embargo, este proceso queda usualmente sin efecto debido a un estilo de vida sedentario o de permanencia en lugares cerrados, el uso de ropas que cubren brazos y piernas, la aplicación de protector solar, entre otros.

Fuentes tradicionales de Vitamina D

El 90% proviene por del sol. La exposición debe realizarse al menos dos veces por semana, por un máximo de 15 minutos entre las 10 y las 3 pm con brazos y piernas descubiertas, y sin bloqueador.

10% de los alimentos. La dieta suele ser complementada con suplementos vitamínicos.

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