Por Mike Silvero
msilvero@lanacion.com.py
[ÚLTIMO MOMENTO] #URGENTE / AHORA. Así abren decenas, cientos, miles de medios todos los días algunos tuits, posteos en Facebook, o incluso publicaciones en otras redes no tan apegadas a la información del momento. La intoxicación con información es una realidad y hace que lectores o consumidores se tomen un respiro ante lo que se puede denominar, fácilmente, "infoxicación".
¿Por qué? Porque a los periodistas nos parece importante pertenecer y no trascender. Desde luego, es más difícil, mucho más.
Partiendo del estilo del "último momento", lo que acaba de suceder reemplaza a cualquier otro hecho. Minimiza el análisis y desprecia la discusión al respecto más allá de los tan mentados "comentarios" al pie de la página, convirtiéndose en una extensión de la información, no yendo para ningún lado. Es decir, como un perro persiguiendo su propia cola.
Vivimos potenciando el qué pasó en desmedro del por qué pasó. Es como que los lectores digitales sabemos un poco de todo, pero superficialmente. Lo mismo con los periodistas, que apenas terminaron con el accidente de tráfico X, pasaron a la declaración del ministro Y.
En este ecosistema es que el periodismo digital repite temas, varía en enfoque y genera figuras vacías de contenido.
¿Qué nos queda como consumidores de noticias? El camino de la selección mucho más fina. A medida que la tecnología se hace más accesible y asequible para el ciudadano promedio, el nivel filtrado también se eleva, con lo que la autoridad informativa puede llegar a tambalear en favor del que informa mejor. Es decir, con los elementos completos.
Es simpático escuchar a un radialista hablar de primicia. Primicia es cuando yo me entero, no cuando él lo cuenta. Esto ni siquiera resiste un debate, por lógica y por cuestiones relativas desde la física hasta a las leyes de la termodinámica, aquellas que se respetan en la casa de la Avenida Siempre Viva al 742.
¿Qué nos queda como productores de noticias? Entender que nuestro insumo, y a la vez producto principal, ya no es exclusivo, sino se convirtió en un commodity al que tiene acceso casi cualquier ser humano. De los periodistas hoy se espera ese paso adelante, el compromiso con la verdad, con la opinión formada y basada en hechos, las posturas que marquen liderazgo, no solo el chisme estructurado.
Se espera que sepa y cuente algo más de lo que yo ya sé, o de algún modo es evidente.
Ese deber, ese compromiso con la adaptación a nuevos tiempos, debería de ser de algún modo evaluado por aquellos puristas del que un viejo colombiano decía es el mejor oficio del mundo. Quienes son cabezas de sindicatos, foros, son reconocidos como los más destacados comunicadores, etc.
Quizás lo malo sea que nunca llegarán a esta columna para al menos reflexionar, la llamada del entrevistado ya entró al aire, la luz roja de la cámara ya se prendió, el cartel ya marcó "aire".
Quizás nos pasa lo que a Mafalda, nos pasa que como siempre lo urgente no deja tiempo para lo importante.
Que lo parió.