[caption id="attachment_134240" align="alignnone" width="271"]

Ariel Gutsztein: Ing. Ariel  Gutsztein, Planeta Eco.

Ariel Gutsztein: Ing. Ariel Gutsztein, Planeta Eco.[/caption]

¿Alguna vez te preguntaste si el exceso de luz perjudica al ambiente? Las lámparas ecológicas son la nueva tendencia para evitar la polución visual que contamina el ambiente y algunas noches ni permite ver el cielo estrellado.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

La contaminación lumínica no permite la visualización de la vía láctea y es que la lumínica excesiva oculta al cielo, que es escudada por una capa de alto grado de contaminación. Además, el mercurio emanado de los focos es letal. Un tubo fluorescente de 40 watts contamina al planeta con: 35 miligramos de mercurio, 10,4 miligramos de plomo, 30 miligramos de antimonio y 60 miligramos de bario.

"Con menos de 30 tubos que una persona inhale ya es suficiente para matarla de saturnismo (que es la intoxicación por mercurio)", señaló el ingeniero Ariel Gutsztein, propietario de Planeta Eco, empresa dedicada a la venta de luminarias ecológicas. Ciudades europeas como Berlín -caracterizada por su baja contaminación lumínica- han tomado consciencia de esta situación y optaron por la vida ecológica y sustentable a largo plazo, previniendo la contaminación atmosférica. En cambio, ciudades como Nueva York o Valencia, en España, poseen un alto índice de polución visual, debido al exceso de iluminación, que incluso perjudica a algunos animales nocturnos.

Según un estudio publicado por Journal of Geophysical Research, arañas, grillos, escarabajos utilizan la luz celeste para orientarse -una especie de brújula natural- que termina alterando los patrones inmanentes de estos seres. También afecta al movimiento migratorio de algunas aves.

Produce más, consume menos y dura más

Existen lámparas que contribuyen a paliar este problema. "Las lámparas ecológicas producen 10 veces más luz, consumiendo 10 veces menos energía eléctrica que las lámparas comunes, teniendo una vida útil de 50 a 100 veces más con un rendimiento cromático del 60% más que las lámparas fluorescentes", resaltó. Las lámparas deben estar compuestas de materiales atóxicos, libre de químicos contaminantes como: mercurio, plomo, bario, antimonio y otros metales pesados y tóxicos.

La buena distribución de la luz ayuda a tener menos cansancio ocular y evita dolores de cabeza

Según un estudio realizado en 1998 por el Grupo de Tecnología de Kensington; la fatiga visual es la principal dolencia que se puede padecer por mala iluminación. Lo recomendable es evitar la iluminación tenue y dispareja. Si la luz emitida es titilante o variante, ocasiona que "nuestro cerebro se concentre en regular la cantidad de luz que entra por cada una de las pupilas y genere estrés y desconcentración", alegó Gutsztein. La cantidad de luz y la temperatura de la misma debe ser las adecuadas para las tareas que realizaremos en cada ambiente. Poca luz ocasionará cansancio ocular y mucha luz provocará dolores de cabeza.

Tips

* Para zonas de relax, utilizar el color de foco amarillo: En ambientes donde buscamos relajarnos, ya sea la sala o el comedor, la temperatura de la luz debe ser cálida, de color amarillo. Esto de debe la necesidad de favorecer la visión periférica.

Para zonas activas, el color azul: Por el contrario, en ambientes en donde queremos estar activos y concentrados, con la vista centrada, como en la oficina y la cocina, deben predominar los tonos fríos (color azul).

Tabla de eficiencia y vida útil.

Fuente: ARQ + DECO (Suplemento de los jueves del Diario La Nación).

Déjanos tus comentarios en Voiz