Fotos: Fernando Riveros.
Ray Armele es un nombre con fuerza propia en el audiovisual nacional. Acaba de lanzar un libro sobre cómo escribir guiones. Se esperanza con una Ley de Cine. Habla de nuestra actualidad.
Cineasta, director y productor televisivo, comunicador, escritor, docente. Es un referente del audiovisual y la televisión paraguayas. Acaba de presentar su nuevo libro, El Papel del Cine. Técnicas y recursos para escribir el guión (Editorial Arandu).
Su amplio campo de acción le permite a Ray Armele ver el mundo del audiovisual desde una perspectiva holística. Y desde esa mirada le consultamos sobre la actualidad del cine nacional, del potencial, de las carencias. Nos contesta con términos claros, da señales, tira mensajes, propuestas concretas, se ilusiona, pero también -por aquello de su carácter- habla con templanza y equilibrio.
Se le ve siempre en múltiples facetas. ¿En cuál está útlimante más activo?
Desde hace un par de años y coincidentemente con el crecimiento de mis repollos que ya están ocupando su propio espacio en la producción audiovisual, diversifiqué mis actividades. Por un lado está la promoción del cine paraguayo que hago desde la Dirección del Audiovisual de la Municipalidad de Asunción, donde también soy Director Ejecutivo de la Comisión Fílmica de Asunción, entidad público-privada creada por la Ordenanza 535/15.
Esperamos que la administración de Mario Ferreiro tome esto como un medio para llegar a la comunidad a través de la cinematografía, y como ya dije una vez, hay otros baches que arreglar, en la cultura, en la educación, en la promoción de Asunción como destino laboral y turístico, en todo eso estaremos. Esta es la primera concreción de la Mesa Intersectorial del Audiovisual que preside Ana Martini y está integrada por gremios e instituciones vinculados al cine, la siguiente es la Ley del Cine que se presenta en marzo en el Congreso. Por otro lado, también estoy haciendo teatro, escribiendo libros y docencia.
¿Va al cine con frecuencia?. ¿Sigue los estrenos nacionales?
Trato de ir a ver cine paraguayo, me gustaría ir a ver teatro también y asistir a otros eventos pero el cine tiene la facilidad de que si no fuiste al estreno podés ir a la siesta o a la tarde.
¿Que le parece este momento del cine nacional?
Siempre hago una observación crítica, no la hago pública porque no estoy en ningún medio periodístico y no me gusta debatir en las redes sociales, prefiero encontrarme con el director, con el guionista, con los productores y los técnicos y decirles qué me pareció bien y que no. Creo que en Mangoré, por citar la que más se comentó, igual que en otras películas, hay un problema de terminación. Eso nos está faltando, el acabado, la pulcritud en los detalles.
Esto tiene que ver con el rol del productor como un creador, lo que sería el productor ejecutivo en Hollywood, aquel que pelea para que una película sea tal cual él la imaginó, pero en Paraguay tenemos productores y productoras excelentes, pero tengo la impresión de que hacen un servicio al director, cuesta pelear, confrontarse a veces, pero aquí se generó un concepto de que la producción es conseguir cosas y solucionar problemas, heredado de la televisión.
Creo que la crítica sobre Mangoré se centró en el guión, sobre todo
Hay que comparar nomás con otras cosas que se hicieron. Maneglia por ejemplo te habla de todo el tiempo que trabajó sobre su guión y por cuantas manos pasó. Le dio a varias personas para que hicieran una especie de consultoría, una clínica sobre su guión, y creo que otras películas que se hicieron no pasaron por ese proceso, se preparó muy rápido, no pasó por otras miradas y eso también te da una óptica diferente.
De todas formas, todo apunta hacia una linea ascendente. ¿Qué nos sigue faltando?
Estamos viviendo un momento de ebullición, hierve el audiovisual, cine, televisión, medios digitales. Creo que hay un rol importante de los centros de aprendizaje, las carreras de cinematografía, comunicación audiovisual, los cursos y talleres, todo ayuda un poco y el contexto regional es favorable. Tenemos tres años consecutivos que el cine latinoamericano está ocupando lugares importantes en el mundo y ganando muchos premios, incluso en EE UU. Hay que ser conscientes de eso y empujar más, pero para eso hay que deponer actitudes que son personalistas, muchos pelean solamente por lo suyo y este es el momento de privilegiar el protagonismo colectivo. Históricamente el cine en todo el mundo ha enfrentado crisis y las ha superado con firmeza y consenso de todas las partes. Miramos hoy la industria norteamericana y creemos que ha sido fácil pero ellos tuvieron problemas de patentes, de tecnología extranjera, de técnicos y artistas extranjeros que fueron integrándose, problemas de capital, impuestos, censura de contenidos, persecución política, a eso se enfrentaron y es lo que tenemos que hacer acá, luchar juntos, en ese espíritu nace la Mesa del Audiovisual, y estamos consiguiendo paso a paso pequeños avances pero siempre para todos, en igualdad de oportunidades, para el cine arte, para el cine industrial, para los jóvenes, para los viejos.
¿Falta el elemento integrador?
La integración debe estar en lo grande y en lo pequeño, yo traté de lograr eso en mi libro El papel del cine, que estamos presentando para ayudar a los que quieren ser guionistas, en base a más de 15 años de experiencia, investigando libros, películas, trabajos sobre este tema, y no nos quedamos solamente con ejemplos internacionales, sino que convocamos a todos los guionistas y cineastas paraguayos que nos envíen fragmentos para incluirlos en la obra. Pongo algunos ejemplos de guiones paraguayos, un poco de la experiencia mía también, tratando de que sea un trabajo más compartido, porque todo lo que se hace en cine y televisión es un trabajo conjunto.
Otro debate que surgió enfocaba en la línea que debía seguir el cine nacional
Se habla a veces en términos de cine o televisión de un choque entre el arte y la industria, para mí el arte es una imposición moral, es algo que te obliga a hacer las cosas de una determinada manera, vos podrías hacerlo comercialmente, pensando en gastar menos y ganar más, y sabés que un contenido más artístico siempre cuesta más, pero es algo que viene de adentro, que tu propia historia, tus principios te exigen hacer algo diferente, más allá de que el arte pueda dar dinero o no, eso no tiene nada de malo.
Que Picasso venda sus obras o García Márquez sus libros no le quita mérito, el cine puede tener arte y también tener éxito, lo que muchas veces sucede es como la felicidad, no tenemos muchas obras de arte; hay momentos artísticos en muchas películas y eso está pasando en el cine paraguayo, tenemos escenas, creaciones de minutos que impactan por su belleza pero todavía no definimos líneas que vayan marcando un movimiento cinematográfico consolidado ni en lo artístico ni en lo comercial. Pero estamos cerca.
Va a pasar todavía un tiempo para que haya un estilo propio. Lo que no hay hasta ahora es movimientos, como sí hubo en el cine latinoamericano en general, el cinema novo, el nuevo cine latinoamericano, que fueron movimientos con figuras interesantes, que tomaban temas sociales, políticos... Nosotros en ese momento estabamos haciendo Cerro Corá, una película que era básicamente una justificación de la idolotría que había en ese momento hacia Stroessner.
¿La Ley de Cine abrirá otras puertas?
A lo que apunta la ley sobre todo es crear un instituto de cine. Desde allí se pueden avanzar cosas muy importantes, como los mecanismos para coproducir. Nuestro mercado, al ser pequeño, no puede solventar producciones más que sobre un presupuesto x de dinero. Entonces, sí podemos apuntar a hacer coproducciones donde intervengan actores, técnicos de la región, incluso de otros continentes. Hacer grandes películas latinoamericanas.