POR DANIEL ARÉVALOS
El defensor central paraguayo del poderoso club América de México y de la selección mayor paraguaya, Pablo Aguilar, dialogó con La Nación sobre los más diversos puntos tras su breve estadía por nuestro país en goce de vacaciones. Aguilar padecía de púrpura trombocitopénica idiopática con baja respuesta a los tratamientos instaurados. Se trata de una enfermedad que produce una disminución del número de plaquetas en la sangre.
Era uno de los pilares en la defensa albirroja hasta que un día, siendo Víctor Genes el director técnico este decidió desconvocarlo por su enfermedad. De acuerdo al parte médico, era un peligro exponerlo a algún roce fuerte.
Entonces, el futbolista decidió someterse a la cirugía para estirpar el vaso y volver a la selección, que era su mayor deseo.
Comentó también que el club Mariscal López, de la compañía Ykuá Karanday de Luque, recibirá mayor beneficio para la temporada (2016), ya que Pablo Aguilar y su familia prometieron mayor colaboración a la institución.
–¿Cómo está su situación con el América de México?
–Tengo un año más de contrato con el América, pero me propusieron prolongar, estamos hablando sobre esa posibilidad. Creo que es algo muy lindo, porque aún faltando mucho hay intención del club de seguir contando conmigo. Estoy muy agradecido.
–¿Qué tal te fue la última temporada?
–Lastimosamente no hicimos una buena temporada en el 2015, es un club grande que tiene varios objetivos. No obstante, en lo personal estoy conforme porque fui el único que jugué todos los partidos del campeonato. Salí a los 85 minutos del último partido frente a Pumas de UNAM, en los anteriores completé los partidos.
–¿Y el nivel del fútbol mexicano?
–Es muy competitivo, los equipos se preparan para ganar el título y no hay mucha diferencia en cuanto a lo futbolístico, aunque algunos clubes manejan presupuestos superiores al resto.
–¿Vestir la casaca albirroja, que tipo de sensaciones te genera?
–Para mi es un orgullo siempre vestir la Albirroja. Trato de rendir al máximo en cada partido y estoy seguro que mis compañeros hacen lo mismo.
–¿Tras los primeros partidos de la selección en las eliminatorias, cuál es tu percepción?
–La selección está mejorando nuevamente su nivel, tuvo un rendimiento interesante en estos partidos y por algo estamos bien posesionados en la tabla, aunque falta mucho por delante.
–¿Ves muy difíciles los partidos de Marzo ante Ecuador y Brasil?
–Todos los partidos de las Eliminatorias son difíciles, no hay rivales chicos. Hay que pelear cada juego para ir sumando y mirar con optimismo el objetivo, cual es de clasificar al Mundial.
–Ya pasaron varios años pero tu historia no deja de sorprender a propios y extraños. Una rara enfermedad casi cortó su exitosa carrera de futbolista.
–Para mi es una experiencia de vida. Fue un milagro lo que me ocurrió. Jugando en el Arsenal de Argentina, se acentuó mi enfermedad y por eso no hicieron uso de la opción para la compra definitiva. Entonces, yo mismo creí que todo estaba terminado. Es más, deje de jugar seis meses. Fue ahí que dos personas (Rubén González y el doctor Juan Carlos Velilla), a quienes agradezco mucho me animaron a seguir jugando y volví al Luqueño.
–¿Qué tan difícil aquella situación?
–Nunca oculté mi enfermedad, fue difícil porque si bien físicamente estaba bien, un golpe me podría afectar mucho, pero por suerte nunca tuve problema y seguía jugando.
–¿Después llegaste al América?
–Tres días después de mi cirugía me llaman del club y me comunican que fui transferido al América (de México). No lo podía creer, hice mi recuperación en esa institución y hasta ahora sigo jugando. Con eso aprendí muchas cosas, que nunca hay que perder la esperanza ante una situación adversa y que Dios obra cada milagro.