Con la vigencia del nuevo sistema de valoración fiscal contemplado en la reforma del impuesto inmobiliario, los corredores de avenidas y las zonas consideradas geoeconómicas o nuevos polos comerciales, son los puntos dentro de la capital que figuran entre los que sufrirán un encarecimiento del 3,2% desde el 2016. Así lo mencionó el técnico del Servicio Nacional de Catastro (SNC), Santiago Cantero.
Precisó que entre las zonas urbanas con mayor incremento se encuentra la zona 12 como algunos tramos de los corredores de avenidas, como Gral. Artigas, Brasilia, Bruno Guggiari, además de Félix Bogado, España, Kubitschek, Madame Lynch, República Argentina, San Martín y Sacramento.
La valuación fiscal de la tierra por metro cuadrado de los inmuebles ubicados en esta zona, frente a asfaltado o adoquinado, pagarán en concepto de impuesto inmobiliario G. 263.160, mientras que los situados en empedrado la suma de G. 136.224 y no pavimentado G. 69.144.
En tanto que los propietarios de la zona urbana 13, que abarca la avenida Mariscal López, Santa Teresa, Recoleta y las perpendiculares de España, Sacramento y San Martín deberán abonar desde el 2016, G. 369.456, G. 220.848 y G. 110.424 si se encuentran frente a asfaltado, empedrado o no pavimentado, respectivamente.
Los inmuebles de la zona urbana 14 que abarca a Eusebio Ayala, parte de Kubitschek, Mariscal López y Boggiani deberán pagar G. 220.848 si están ubicados frente a asfalto, G. 113.520 en empedrado y G. 58.824 en lugares no pavimentados.
ALCANCES
La reforma del impuesto inmobiliario contempla que para los inmuebles urbanos, el SNC determinará por separado el valor de la tierra y de las construcciones. La suma de ambos valores constituirá el valor fiscal de los inmuebles siendo la unidad mínima de cálculo, por metro cuadrado.
El impuesto inmobiliario vigente abarca las tierras urbanas así como rurales y grava una tasa básica de 1% sobre el valor fiscal de la propiedad.
Desde Catastro precisaron que para los inmuebles rurales, el sistema de valoración fiscal se construyó primeramente clasificando las tierras según su característica agrológica natural. Posterior a ello, se tomó el valor fiscal del inmueble rural vigente para el 2015, y este valor fue multiplicado, según la capacidad agrológica del suelo, por coeficientes que van desde 3,4 veces su valor actual (tierras con menor capacidad agrológica), hasta 4,0 (tierras con mayor capacidad agrológica).