Por Antonio López

antoniolopez@lanacion.com.py

El año 2016 está ahí, a pasos de hacer su entrada e independientemente de los buenos deseos que se desparraman por todos lados, existen problemas que requieren de una urgente solución, y son estos donde las autoridades nacionales y municipales deben centrar la prioridad absoluta.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Hoy no cabe la menor duda de que el caso de las inundaciones y las miles de familias afectadas son los temas sobre los cuales, necesariamente, deben estar trabajando todos los organismos estatales y municipales bajo cuya jurisdicción se encuentra este tipo de problemas. No se puede o debe pensar en otros proyectos sin antes ir paliando, aunque sea de a poco, la crisis social que está generando la crecida de los ríos, y que ya tiene en su haber un casi incontable número de familias víctimas. Pero lo que es peor, los pronósticos no son nada auspiciosos, y la crisis está a un paso de convertirse en tragedia.

Pero claro, el tema no es un problema que se generó en este tiempo, con estas últimas lluvias, sino que viene de mucho antes y se agravó debido a que siempre hubo quizás desidia de las autoridades para encontrar una salida, o una solución, especialmente para los habitantes de las zonas ribereñas, quienes son los principales afectados por este fenómeno.

Mucho tiempo se "perdió", mucho tiempo se gastó en temas que no eran (no son) prioritarios, se privilegió a sectores que no están en la categoría de urgencias, y es por eso que se llegó a esta situación que, como se mencionó más arriba, no es nuevo, pero sí ya se está volviendo grave.

De aquí en más habrá que plantearse la cuestión desde otro punto de vista. El Gobierno y los municipios que se ven afectados por la crecida de los ríos o cualquier otro tipo de cursos de agua deben, sin ningún tipo de trabas, trabajar en forma conjunta. Se deben extremar todos los recursos necesarios para encontrar una solución definitiva al problema. Es cierto, la construcción de refugios para los damnificados es urgente, pero no se debe quedar en estos. Hay que apuntar mucho más en profundidad al problema. Defensas costeras, sitios donde ubicar definitivamente a los ribereños, deben ser los proyectos sobre los cuales se trabaje y rápido.

Lamentablemente, los fenómenos naturales son difíciles de parar si no se ha tomado conciencia y cuidar "la naturaleza" a su debido tiempo; es momento de ponerse las pilas para aminorar el problema. Pero hoy las lamentaciones no sirven, el mal ya está hecho y habrá que encontrar el camino para evitar males mayores, para evitar que lo que en este momento es una crisis se termine convirtiendo en tragedia. Ambas cosas, crisis y tragedia, están a un solo paso de distancia, y hay que poner todo para que no se vuelvan una sola cosa.

Es por eso, y sin el ánimo de ser reiterativo, el trabajo no debe ser de una sola parte; muy por el contrario, las fuerzas deben darse desde todos los sectores, incluso, desde el campo privado, ya que no se puede negar que en una gran parte de los casos, el origen del problema no salió desde el Gobierno o los municipios, sino de personas que nada tienen que ver (o no) con las autoridades de turno.

Es difícil, en la situación en que se encuentran miles de compatriotas desear un feliz fin de año y aventurar un próspero año nuevo. Pero no se puede perder la esperanza de que en poco tiempo mas el camino de la solución se abra y que todos los ciudadanos aportemos algún grano de arena para que en ninguna época del año, otros compatriotas tengan que estar viviendo en las difíciles condiciones que están hoy.

Lo ideal es que este 2016 sea el año en que esas soluciones que se reclaman se comiencen a dar.

Dejanos tu comentario