Carmen Cosp

ccosp@iris.com.py

Ante la alegría de la Navidad y la esperanza de un nuevo año, la Asociación de Empresarios Cristianos invita a sus asociados y a todo el pueblo paraguayo a recordar con gratitud los regalos recibidos en el 2015, y a mirarnos por dentro, porque solo hombres y mujeres de corazón limpio y bueno harán realidad el país que queremos.

Este ha sido un año conflictivo y esperanzador. Los desencuentros por razones políticas han abundado en medio de campañas electorales, pero las mayorías han ejercido el voto con una responsabilidad pocas veces vista, castigando la corrupción y la ineficiencia, dando claras señales de un protagonismo ciudadano que ya no tolera el modo deshonesto y autoritario de ejercer la función pública.

Un año difícil, con dos grandes inundaciones que deja a muchas familias desprotegidas. Tenemos problemas de inseguridad, intolerancia, violencia e injusticias que nos duelen. En marcha está el Plan 2030 "Sembrando oportunidades" y nos esperan grandes desafíos en lo social, para que bienes vitales como alimento, salud y educación lleguen a todos los compatriotas. Pedimos a los líderes de los sectores privados y públicos que den el ejemplo, que entiendan de una vez por todas que ser autoridad es servir a la vida, y de ninguna manera deben valerse del poder para beneficio propio, de sus amigos y familias.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Hemos tenido la alegría de recibir en nuestra tierra al papa Francisco, cuya presencia nos marcó hondamente y nos impulsó a una conversión colectiva. Su visita inspiró a nuestros jóvenes a "hacer lío", emprendiendo una vigorosa batalla contra la corrupción y la arbitrariedad. Pero sabemos que solo se ha atacado la punta del iceberg. Nos queda una intensa lucha para desbaratarlas, no solo a nivel público, sino en lo empresarial, sector con alta evasión y problemas éticos, y en lo personal; eliminando al "pequeño corrupto que hay en mi".

El Papa abrió las puertas al Año de la Misericordia para que podamos experimentar y regalar el amor compasivo de Dios. Un amor que abraza, consuela, perdona, visita, socorre, compromete y ofrece esperanza. ¡Cómo deseo que los años por venir estén impregnados de misericordia para poder ir al encuentro de cada persona llevando la bondad y la ternura de Dios!".

Es una hermosa invitación, que requiere un salto, un cambio, un "reseteo" en términos informáticos. Lo haremos movidos con la fuerza y la alegría del amor increíble de Jesús que nos sonríe desde el pesebre.

Feliz, bendecido y renovado año 2016

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