Por Ireneo Acosta
A medida que termina el año, también los futbolistas hacen su balance de la temporada que culmina. En el caso de Federico Santander no es la excepción. Jugó la Libertadores y por poco la ganó con Guaraní. Fue transferido al FC Copenhague de Dinamarca y llamado a la selección paraguaya de Ramón Díaz para los partidos de las eliminatorias sudamericanas camino a Rusia 2018.
"Sin dudas todo se me dio este año, gracias a Dios dentro del fútbol, que es lo que amo. Haber jugado la Copa Libertadores con Guaraní y llegar a instancias decisivas me llenó de satisfacción y también al grupo de gente maravillosa del club. Pasar a jugar en este segundo semestre a un fútbol tan competitivo como el de Dinamarca y ser llamado a la selección nacional no se compara con nada", reconoció el delantero.
–¿Qué fue lo más difícil en Dinamarca?
–Como se sabe, jugar en Europa no es fácil. Felizmente, ya pasé por Francia y eso me ayudó para una buena adaptación en el trabajo y en las actividades propias del club. Lo que sí me costó fue hablar en danés, el idioma oficial de allá, pero con el inglés me manejo bastante bien dentro de un grupo donde prima la armonía y camaradería. Nada es fácil donde uno va, más con el empeño y esmero que uno pone, todo se facilita. Además, en la ciudad donde vivo con mi familia, tenemos todo a disposición. No falta nada y sobre todo la atención del club hacia nosotros es espectacular.
–¿Cuál es tu anhelo y principal deseo para el 2016?
–Desde todo punto de vista, seguir haciendo goles en Dinamarca con mi equipo, pero también sueño con mantenerme en la selección nacional de cara a los partidos de las eliminatorias. Inclusive, se tendrá la Copa América donde este año en Chile no pude ir. Otra cosa, que haya paz y tranquilidad en el país.