Por Joel Barrios
Según las últimas cifras presentadas por el Banco Mundial, Paraguay invierte alrededor del 0.06% de su Producto Interno Bruto en innovación y desarrollo mientras que Argentina lo hace en un 0.62% de su PIB y Uruguay en un 0,41%. Inclusive Mongolia con el 0.28%, Namibia 0.14% y Guatemala, con el 0.5% de su PIB, son países que entendieron que esta es la vía para apuntar al desarrollo, y no solo pensar en el crecimiento económico.
Existe una necesidad de incrementar el presupuesto anual de innovación y desarrollo (I+D), teniendo en cuenta que impacta directamente en el aumento de la productividad, el emprendedurismo y la diversificación de la actividad del país, que en gran manera se volcará también a la economía digital.
Cifras del Banco Mundial hablan de países modelo, como el caso de la siempre utilizada para los ejemplos, Finlandia, donde cerca del 3.8% del PIB van a parar a innovación y desarrollo de nuevos proyectos e ideas. También Israel elige ese camino con el 3.97% para el sector.
Camila Vaz es gerente de Proyectos y Secretaria Ejecutiva de Pro Desarrollo Paraguay. También es master del London School en Ciencias Económicas y Políticas. Su hipótesis indica que el estado no es el único responsable –ya que la ciudadanía y las empresas deben apostar a la formalización de la economía, y de esta manera las autoridades tendrán los recursos para incrementar los rubros en las áreas mencionadas.
Sugirió también apostar a la ingeniería como a la tecnología como sectores atractivos, además de entrenar a potenciales ingenieros, apoyar la creación de más start-ups de alta tecnología,