Por Nilza Ferreira
Alrededor de 800 injertos de piel se realizaron este año en el Centro Nacional del Quemado, según informó el director Bruno Balmelli. Lo novedoso es que hubo dos casos en los cuales se usó piel porcina como aplicación temporal hasta lograr la regeneración de la piel de los pacientes.
Precisamente para adiestrarse en nuevas técnicas en injertos, cirujanos plásticos participaron de un curso de aprendizaje de uso y aplicación de cobertura cutánea dictado por la experta norteamericana Ofelia Beato. Uno de los puntos debatidos fue la efectividad de xenotrasplantes de piel de cerdo en grandes quemados. Los participantes observaron una cirugía transmitida en vivo desde el quirófano del Centro del Quemado.
"Este es un curso de aprendizaje de uso y aplicación de coberturas cutáneas. Hemos tenido una charla con la experta Ofelia Beato sobre cobertura permanente a través de la piel artificial. También estamos viendo la aplicación de xenoinjertos de piel porcina y de curas avanzadas, de algunos apósitos de última generación que queremos implementar desde el 2016 en el Centro Nacional del del Quemado", dijo Balmelli.
En Paraguay ya existen experiencias sobre los injertos con piel de cerdo. Este año se realizaron dos procedimientos utilizando este material, como sustituto de la piel cadavérica, provisoriamente hasta que el gran quemado esté en condiciones de recibir un autoinjerto.
Explicó que la piel porcina es compatible con el tejido del receptor, puesto que se adapta de la misma manera que una piel cadavérica. Esta cobertura temporal puede durar de 10 días a dos meses, dependiendo del nivel de inmunidad del paciente. "Cuando el paciente empieza a mejorar su estado inmune, esa piel empieza a rechazarse y entonces pasamos a tener cobertura permanente. Resecamos una parte a través de un aparato especial que se llama dermátomo y esa piel expandimos a través de un mallador. Con eso una piel podemos llegar a amplificar hasta seis veces lo que habíamos tomado. Esa es la cirugía Gold estándar en grandes quemados", acotó.
Balmelli explicó que la piel porcina se importa de otros países a un costo no muy elevado. El material viene procesado en un empaque, que previamente a su aplicación al paciente debe ser lavado con suero fisiológico.
"La piel quemada tiene muchas toxinas y también es propensa a una infección. En un gran quemado, que nosotros a veces tenemos que retirar el 40% o más de esa piel quemada para que no se infecte el paciente. Entonces se le coloca como cobertura temporal para que no pierda tantos líquidos y también para mejorar el lecho de la herida para un autoinjerto de piel", puntualizó.