Por Enrique Vargas Peña

CNN hizo en estos días una recopilación de opiniones referidas a qué hacer para solucionar el tema de la violencia religiosa que impulsan desde el islamismo (http://cnn.it/1HVExfr) y la lectura del material produce mucha pena y hasta vergüenza ajena.

Los "expertos" consultados, con pocas excepciones, insisten con fórmulas que no abordan el problema y que han llevado a Estados Unidos (EEUU) a los repetidos y trágicos fracasos que ya tiene en su haber en este asunto.

Se niegan tozudamente a ver que el problema que enfrenta el mundo hoy es el resurgimiento de la religión como fuerza política, en los términos que anunció Samuel Huntington (http://amzn.to/1TKFRZp).

Solo para recordar algunos de los más ignominiosos: EEUU financió, entrenó y armó a grupos religiosos semejantes al de Osama ben Laden y a su red antes de que tomara el nombre de Al Qaeda (http://bit.ly/1lDYpPm) (http://nbcnews.to/1NNkFTG) –aunque Washington lo niega (http://bit.ly/1MgIQG9)– en el supuesto, absolutamente, sin fundamento, de que los religiosos musulmanes eran aliados "naturales" contra el "comunismo ateo", categoría ridícula que solamente en la cabeza de un aparato de inteligencia inepto, inculto y cristianizado podía caber.

Por supuesto, los religiosos musulmanes no eran "aliados naturales" y lo demostraron con dramática y sangrienta elocuencia con los atentados del 11 de setiembre del 2001, que dejaron en ridículo a la derecha religiosa norteamericana (http://bit.ly/1m30R2e), autora principalísima de la alianza con esos fanáticos asesinos (http://amzn.to/1XPRYVF).

Pero la derecha religiosa norteamericana no escarmienta ni escarmentará siendo, como es, tan dogmática y tan fanática como los musulmanes.

Así fue que esa fuerza destructiva y deletérea, la derecha religiosa norteamericana, articuló nuevas alianzas con sectores religiosos islámicos en Irak (http://bit.ly/1O9cjQB), en Libia (http://bit.ly/1MdzFpS) y en Siria (http://wapo.st/1ioAVMq) como si las lecciones del 11 de setiembre no hubiesen ocurrido.

Y provocó, la derecha religiosa norteamericana, con su proverbial torpeza y fanatismo teológico, la mayor tragedia humanitaria del siglo XXI, el éxodo de millones de personas de Medio Oriente a Europa, al destruir regímenes autoritarios laicos para cambiarlos por engendros concebidos por ese inútil, inculto y cristianizado aparato de inteligencia de EEUU (http://bit.ly/1RvuVzI) (http://bit.ly/1jFvtVN) que solo sirve para crear problemas a Washington y que, por lo visto, no mide adecuadamente las consecuencias estratégicas de sus actos.

En lugar de Saddam Hussein, Moamar Gaddaffi y Bashar El Assad, el aparato de inteligencia norteamericano impuso el caos y la guerra civil. En Siria, con Assad, no tuvo éxito inmediato porque Rusia se interpuso, pero las fuerzas a las que ese aparato norteamericano de inteligencia torpe y confesional apoya en Siria vuelven a confirmar, para quien todavía tuviera dudas, que él no aprendió nada de nada ni del 11 de setiembre ni de Irak, ni de Libia y que sigue apoyando con armas, entrenamiento y dinero a sus propios enemigos. Excluyendo sus giros ideológicos, el discurso sobre el tema del líder de la Oposición británica, Jeremy Corbin, esta semana aportó datos objetivos que muestran la situación (http://bit.ly/1TrIQoU).

Hay una secuencia fotográfica del senador John McCain que falsamente se atribuye a una reunión con Abu Bakr al-Baghdadi, jefe de Estado Islámico: La falsedad de la atribución se usa para ocultar el hecho de que muchos de los sectores apoyados por EEUU se sumaron a Estado Islámico, como lo señala el New York Times (http://nyti.ms/1pXvujB) al analizar la secuencia.

El aparato de inteligencia norteamericano, cegado por la derecha cristiana, sigue pagando a sus enemigos (http://reut.rs/1O9vXMf) en Siria. Los beneficiarios se articulan en un grupo denominado Al Nusra y, aunque ustedes no lo crean, es filial de Al Qaeda en ese castigado país.

Y, sin embargo, el aparato de inteligencia norteamericano quiere vendernos la idea de que esos religiosos son buenos porque se oponen al régimen laico de Assad, como si todos los que observamos los acontecimientos fuéramos estúpidos y retardados.

El aparato de inteligencia norteamericano quiere vendernos la idea de que esos religiosos son mejores que Assad, lo cual carece por completo de fundamentos y es un disparate más de los que acostumbra a cometer en contra de su propio país tal aparato lleno de agentes de la derecha religiosa.

La torpeza de ese aparato de inteligencia ha sido puesta en evidencia por el presidente ruso Vladimir Putin en su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas (http://wapo.st/1JA3GM2). En tres semanas de intervención rusa en Siria, Putin mostró al mundo la magnitud de la torpeza y de la ignorancia del aparato de inteligencia norteamericano, hasta el punto en que Francia, atacada por los alevosos atentados religiosos en París, se vio obligada a pedir la colaboración rusa.

Putin dejó en ridículo al presidente Barack Obama al hacer ver que no sabía de lo que estaba hablando cuando se le pedía responder cuál es la estrategia de EEUU en Siria contestando con confusiones como las que señalé en mi artículo de hace dos semanas (http://bit.ly/1ILffkr).

La verdad es que el resultado de la estrategia de Estados Unidos en Siria, en Libia, en Irak, en Afganistán, es potenciar a grupos iguales o peores que Estado Islámico. Putin, pero también Corbyn, lo demostró más allá de toda duda razonable. Y aún ahora, después de que la evidencia incontrovertible está a disposición de cualquiera que se dedique media hora a entender el problema, el aparato de inteligencia norteamericano, que solamente ha cosechado fracasos sangrientos, insiste en pretender en hacer creer al mundo que él tiene razón y que Putin está equivocado.

Por qué falla el aparato de inteligencia norteamericano, el económicamente mejor dotado del mundo? Por qué falla teniendo los mejores recursos tecnológicos del mundo?

Falla porque ha sido secuestrado por la derecha cristiana, que controla los nombramientos en la CIA y la NSA desde hace más de veinte años y reemplazó el pensamiento científico por el pensamiento dogmático, reemplazó la ciencia por el cristianismo: Peter King, Sean Hannity, Karl Rove, Eric Bolling, Bryan Fischer, Pat Robertson, Michele Bachmann o Phil Robertson son algunos de los nombres de políticos, predicadores y periodistas que han "confesionalizado" al aparato de inteligencia norteamericano hasta convertirlo en lo que es ahora, lo que está a la vista del que quiera ver, confirmando lo que sabemos desde hace tres siglos: Es trágico que los religiosos participen en el gobierno.