Por Antonio López

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Es cierto que ante fenómenos naturales que golpean con dureza la tierra, muchas veces es muy poco lo que se puede hacer. Responder rápidamente ante una contingencia de esa naturaleza, cuesta, y mucho, y sobre todo no se puede luchar contra ese tipos de cosas sin por lo menos tener la más mínima preparación. Ayer, sobre todo Asunción y gran parte del departamento Central sufrieron las consecuencias del temporal que se abatió en horas de la madrugada y parte de la mañana. Esta vez la naturaleza se ensañó con esta parte del país cobrando vidas y dejando innumerables y millonarios destrozos.

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Pero lo que no se puede desconocer es que ese fenómeno natural que sobrevoló Asunción y Central, también dejó al descubierto que en nuestro país existe una marcada falencia en cuanto a infraestructuras para soportar temporales como el de la víspera, o por lo menos para responder con rapidez ante este tipo de golpes sobre la población.

Y esa imprevisibilidad no es nueva ni tampoco se ha hecho mucho para solucionar. En ese caso, si bien Asunción y Central son partes muy importantes del país, existe una alta responsabilidad de los gobiernos municipales trabajar en ese aspecto, hecho que, sin embargo, se viene postergando "por muchas razones" desde hace décadas, lo que a la larga significa desastrosas consecuencias para la población.

Y me puntualizo específicamente en la capital y el mayor departamento del país porque es donde, se supone, se maneja la mayor cantidad de presupuesto, lo que en la práctica, por lo visto, no significa brindar una vida más digna para sus pobladores, justamente por el mal manejo que hacen las autoridades de turno de ese presupuesto.

En pocos días más asumirán los nuevos intendentes. Muchos de ellos volverán a ocupar la silla que dejaron para presentarse a las elecciones, y otros estarán accediendo por primera vez al privilegiado sitio. Y aquí se presentan dos cuestiones bastantes delicadas. Por una parte, los que hicieron el "rekutu" hicieron miles de promesas durante la campaña; promesas que quizás ya lo hayan hecho en elecciones anteriores y no la cumplieron, y los que llegan por primera vez a la gobernación comunal, ya están abriendo los paraguas y denuncian que las arcas municipales están prácticamente vacías. Es algo así como que "no hay plata y no pidan mucho". Lamentable, pero es así.

El desafío, en el caso de la capital lo tiene ahora Mario Ferreiro. Y el ex comunicador deberá lidiar con varios aspectos dentro de la administración municipal que no le serán fáciles de superar, por lo que no se avisora un panorama algo positivo en Asunción, por lo menos en los primeros meses de gestión. Pero lo que no se debe desconocer es que Asunción requiere en forma urgente obras de infraestructuras, ya que muchas veces no puede ni soportar incluso fenómenos de menor intensidad que el ocurrido en la víspera.

Una información lanzada hace menos de cinco días daba cuenta de que "Asunción era la séptima ciudad más atractiva para vivir en América Latina, mérito que lo hace figurar dentro del ranking de las mejores 140 urbes del mundo consideradas por un estudio del Economist Intelligence Unit (EIU), unidad de negocios del grupo británico "The Economist" como las "ciudades más vivibles del mundo".

Sin embargo, este "título" dado a la "capital de mis amores", no es tan cierto, ya que la naturaleza cada día va recordando que no puede ser atractiva para nadie si sus propias autoridades no se ponen las pilas y utilicen ese presupuesto destinado a mejorar la calidad de sus habitantes, justamente en eso, es mejorar la vida de los que habitan en este suelo.

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