Fráncfort, Alemania | AFP |

Los alemanes, que suelen estar muy apegados a su coche, empiezan a serle infiel, mientras evolucionan sus modos de consumo y cambian las prioridades en su presupuesto. Ayer sábado se abrieron las puertas al público del salón del automóvil de Fráncfort con miles de visitantes. Los organizadores prevén que unas 900.000 personas, entre ellas muchos alemanes, acudan a la cita que durará hasta el 27 de setiembre.

"Los alemanes tienen una relación particular con el coche, se ve en la importancia que le dan a la calidad y a la innovación en los vehículos", considera Stefan Bratzel, director del centro de investigación automovilística CAM.

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Una opinión que comparte Elmar Kades, experto de la asesoría AlixPartners. "Gastan de media más dinero que otros para comprar un vehículo y prefieren los coches de gama alta", asegura. Unas preferencias que explican el éxito de las marcas nacionales: BMW, Audi y Mercedes Benz.

El apego a los coches bonitos queda patente en la actitud de los alemanes. "El vehículo de empresa tiene una gran importancia en Alemania" y es una de las primeras preguntas de los candidatos durante las entrevistas de empleo, cuenta Kades.

SÍMBOLO DE ÉXITO

"Alemania es un país en el que la gente tiene mucho apego a los bienes materiales y a su posesión, y donde el coche se percibe como un símbolo de éxito", explica a la AFP Ferdinand Dudenhöffer, director del centro de investigación CAR de Duisburgo-Essen. Un arañazo en un capó suele ser sinónimo de una visita inmediata al taller de reparación, dice, divertido.

Pero, según varios expertos, todo esto está cambiando. "El coche ya no tiene la importancia que tenía para los jóvenes hace 30 años, sobre todo para la joven generación que vive en las ciudades", opina Stefan Bratzel. Así parece confirmarlo un estudio de CAR, que afirma que la edad media de los compradores de coches nuevos, 53 años, alcanzó un récord este año.

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