Nueva York, Estados Unidos | AFP |

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, anticipó el lunes a un grupo de inversores en Nueva York que Brasil se alista para una nueva fase de crecimiento y los convocó a participar de un robusto plan de obras de infraestructura.

"Estamos en una fase de construcción de las bases para un nuevo ciclo de expansión del crecimiento, y forma parte de esa estrategia la adopción de medidas de control de la inflación y la búsqueda del equilibrio fiscal", dijo la mandataria al cierre de un evento empresarial.

"La recuperación del crecimiento sustentable de nuestra economía depende del aumento más rápido y más sólido de la productividad", añadió en el seminario del que participaron varios ministros y que fue coordinado por el jefe de BlackRock, la firma de inversión con mayor volumen de activos en el mundo, Laurence Fink.

La economía brasileña, la primera de América Latina y la séptima del mundo, atraviesa su quinto año de lento o nulo crecimiento y se contraerá 1,2% en 2015, según datos del Gobierno.

Con los números de las cuentas públicas en rojo, Rousseff envió al Congreso un paquete de medidas de austeridad para reencauzar el gasto y recortó unos 23.300 millones de dólares extra del presupuesto de la nación. En simultáneo, lanzó un gigantesco programa de financiación agropecuaria -un terreno donde el país es una potencia mundial- y un plan de obras de infraestructura por 64.000 millones de dólares, que fue el objeto de la reunión en Nueva York.

Esperamos "estimular al empresariado internacional a aprovechar las oportunidades de negocios e inversiones que surgen en Brasil, especialmente en el área de infraestructura", remarcó Rousseff, quien literalmente puso a su equipo, integrado por los ministros de Planificación, Nelson Barbosa, y el de Comercio Exterior, Armando Monteiro, entre otros, a disposición de los participantes para "esclarecer las dudas que pudiera haber".

Estados Unidos es el primer inversor extranjero en Brasil con un stock de unos 116.000 millones de dólares y es el segundo socio comercial, con un intercambio de unos 62.000 millones, según datos oficiales del 2014.

Tras repasar algunos hitos económicos de sus gobiernos, Rousseff resumió el sentido de su discurso: "Todos esos números transmiten un mensaje claro a los inversores. Todos esos números representan un mensaje claro para el Gobierno: es preciso transformar la demanda potencial por mejor infraestructura en proyectos viables para el capital privado."

El programa brasileño incluye terminales portuarias, aéreas y la construcción de ferrovías y carreteras.

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